Himeko no perdió tiempo. En cuanto volvieron al Momento Dorado, miró al grupo con la calma habitual.
"Tenemos que buscar otra alternativa. No podemos depender únicamente de que Welt consiga la audiencia. Después de todo, si las cosas salen mal…"
Aleph ladeó la cabeza.
"¿Pensaste en otra forma de colarnos en el Gran Teatro?" Pregunto con curiosidad.
Antes de que Himeko respondiera, Marzo golpeó su puño contra su palma con un brillo evidente en los ojos. Se quedó mirando a Aleph y luego a Stelle como si estuviera esperando a que ellos hicieran algo. Aleph arqueó una ceja. Stelle, resignada, decidió preguntarlo directamente.
"Marzo… ¿qué descubriste?"
Marzo sacó de su bolsillo el mismo folleto turístico que había recibido al llegar a Penacony.
Lo abrió y señaló una página con entusiasmo.
"¡Aquí está!" Gritó mientras se los enseñaba. "El concurso anual patrocinado por Feliz Alma. Y el premio del ganador es… ¡boletos para la zona VIP del Gran Teatro!"
Himeko asintió con satisfacción.
"Eso nos dará acceso directo."
Stelle murmuró en voz baja, cruzando los brazos.
"Tal vez debería haberle prestado atención cuando dijo que el folleto tenía "cosas interesantes"…"
Mientras avanzaban, Aleph se frotó el cuello un momento al sentir una extraña sensación de escozor.
"…Siento como si algo me hubiera picado."
"¿Un insecto aquí? ¿O tal vez algo te picó en la realidad?" Preguntó Stelle.
"¿Todavía lo sentiría aquí si algo me picara en la realidad?… Bueno, no es que importe mucho ahora."
Aleph simplemente se encogió de hombros y decidió dejarlo pasar.
Mientras caminaban hacia el edificio del concurso, no pudo evitar preguntarse.
"¿Qué clase de competencia será…?"
...
Las puertas se abrieron y los recibió una sala tan exageradamente opulenta que parecía diseñada por alguien que solo conocía el concepto de lujo a través de caricaturas.
El grupo siguió adelante hasta llegar a una zona con pisos suaves como terciopelo y muebles demasiado caros para cualquier estándar razonable.
Marzo se agachó un poco con ojos brillantes.
"Se ve tan suave… quiero comprobarlo."
Stelle ya estaba inclinándose también cuando Himeko tosió falsamente. Las dos volvieron a incorporarse como si no hubiese ocurrido nada.
Aleph, por otro lado, observó la sala sin entender cómo alguien podía tolerar un lugar así. Las luces eran demasiado intensas, los equipos de música tenían su altura y la música era tan fuerte que parecía un ataque directo a los sentidos.
Un anciano de traje rojo que fungía de juez se adelantó con una sonrisa demasiado amplia, acompañado por dos jóvenes asistentes vestidas de forma igual de llamativa.
"¡Bienvenidos, concursantes!" Dijo con entusiasmo. "Soy uno de los principales accionistas de Feliz Alma y el juez principal del concurso. Permítanme explicarles las reglas."
Aleph se preguntó si estaban protegidos por la Armonía para no quedar sordos.
¿O era ese el poder del buen capital? Quién sabe.
Su mente divagó un instante imaginando qué haría él si tuviera tantos créditos como los que Stelle y Marzo le habían contado que disponía Asta.
"El concurso consta de tres etapas. Participarán en parejas y, por supuesto… será un concurso de actuación."
Stelle suspiró, sacó su bate y lo apoyó contra su hombro.
"Muy bien. Entramos por la fuerza, ¿sí?"
Himeko se llevó una mano a la frente. Aleph sujetó el bate de Stelle antes de que hiciera algo imprudente.
"Vaya, usted es realmente buena, jovencita." Exclamó el juez, soltando una carcajada. "Por un segundo creí que iba a intentar golpearme."
Las asistentes también rieron mientras Marzo soltaba una risa algo forzada.
La expresión en el rostro de Stelle lo decía todo, ella preferiría estar en cualquier otro sitio.
Marzo dio un paso adelante con determinación. Este era su elemento; si Dan Heng brillaba en información, el Sr. Yang en negociaciones y Stelle en exploración…
¡Esto era lo suyo!
"¡Está bien! ¡Este es mi momento de brillar como la más confiable del Expreso!"
El juez siguió hablando, pero Marzo ya estaba evaluando a los posibles compañeros. Era momento de elegir.
Primero miró a Stelle.
No. Absolutamente no. La mirada asesina de Stelle dejaba claro que la sola idea de actuar le parecía una tortura, y seguramente causaría un incidente que obligaría a la Familia Sabueso a intervenir.
Luego miró a Himeko, tan tranquila como siempre.
Y la descartó de inmediato.
Los gustos y estilo de Himeko eran demasiado refinados para improvisar juntas en un escenario. Tal vez, con preparación previa… pero no ahora.
Finalmente, su mirada cayó sobre el único que quedaba.
Aleph.
Aleph tenía una expresión calmada, pero más que calma parecía… rigida. Como si el mero concepto de actuar lo hubiera dejado petrificado. Su rostro estaba tan tenso que Marzo se preguntó si se le habría paralizado la cara.
Marzo suspiró.
"Si solo Dan Heng o el Sr. Yang estuvieran aquí, esto sería más fácil…"
Pero tendría que arreglárselas con lo que tenía.
Aleph parpadeó justo antes de que Marzo le tomara la mano y lo arrastrara hacia la mesa de registro.
"¡Somos 7 de Marzo y Aleph, y vamos a ganar esto!" Declaró con la cabeza en alto.
El juez asintió satisfecho.
"Adelante, pasen por la puerta trasera."
Al cruzarla, se encontraron con una plataforma gigante suspendida sobre el vacío y una esfera metálica enorme, similar a una pelota de pinball.
Una joven vestida como secretaria los saludó amablemente.
"Bienvenidos. Este es su libreto." Les entregó un cuadernillo titulado Noche en las Arenas Ardientes.
Antes de que pudieran responder, los empujó dentro de la esfera, que se cerró al instante.
"¡Mucha suerte!"
Segundos después, un mecanismo invisible lanzó la esfera con fuerza.
Marzo y Aleph gritaron al unísono mientras descendían por una rampa gigantesca.
Miles de colores giraban alrededor, y otras esferas idénticas caían a su lado en sincronía perfecta.
"¡Esto es como una montaña rusa!" Gritó Aleph levantando los brazos.
Marzo, sujetándose como podía, gritó:
"¡Es como cuando el Expreso va a toda velocidad, pero más colorido y más mareante!"
....
La esfera terminó su recorrido con un sacudón final antes de abrirse de golpe. Marzo y Aleph salieron tambaleándose… solo para encontrarse en un camino amarillo brillante que se extendía hasta perderse de vista.
A los costados, una figura los saludaba con entusiasmo.
"¡Bienvenidos!" Dijo un Pepeshiano con un traje de hojalata que chirriaba cada vez que movía un brazo.
A su lado, un hombre con un disfraz de cocodrilo jugaba a las cartas contra otro vestido de león. Ambos les dedicaron un saludo bastante casual, como si recibir concursantes fuera lo más normal del mundo.
Marzo abrió la boca… luego miró de reojo a Aleph… y finalmente bajó la vista hacia su propia ropa.
Se quedó congelada.
"¿Qué…?" Balbuceó.
Marzo parpadeó un par de veces.
"¿Aleph… nuestras ropas?"
Aleph bajó la mirada hacia sí mismo. Ahora llevaba una armadura ligera y una capa blanca típica de un caballero de los cuentos clásicos. Marzo, en contraste, vestía algo que parecía una versión elegante y teatral de Caperucita Roja.
"¿Cómo…?"
Los dos quedaron inmóviles.
"¿Cuándo… pasó esto?" Murmuró Aleph.
El hombre vestido de león tosió para llamar su atención y señaló el libreto que llevaba Marzo bajo el brazo.
Ambos lo abrieron al mismo tiempo.
E inevitablemente las cejas de los dos temblaron con violencia.
Marzo tragó saliva.
"¿Quién escribió… esto?" Susurró, horrorizada. Demasiado meloso era poco.
Patológicamente empalagoso estaba más cerca de la verdad.
En cuanto leyó la primera línea, su ceja empezó a temblar.
Para cuando llegó a la tercera, ya quería enterrar su cara en el suelo.
El libreto detallaba el romance más cliché jamás concebido. Un caballero recto y noble Junto con una doncella mimada y caprichosa, un amor imposible lleno de frases melosas que harían sonrojar incluso a Dan Heng.
Marzo solo leyó la primera línea de su personaje antes de llevarse una mano a la cara.
"Caballero mío… tu sola presencia hace palidecer la luna…"
"No… no puedo decir esto…" Murmuró con desgana.
¿Cuan bajo caería su imagen si alguien la escuchara diciendo tal cosa?
Aleph, en cambio, parecía extrañamente tranquilo. Marzo momentáneamente sintió curiosidad, pero al mirar sus ojos lo comprendió.
Oh, por favor… ¿por qué sus ojos se veían tan muertos?
"Aleph…" No pudo evitar preocuparse un poco. "…¿estás bien?"
"Sí." Respondió sin emoción. Aunque Marzo pudo escucharlo susurrar algo.
"… Tonta Mei."
Encima de ellos, un marcador mostraba el tiempo restante acompañado de un pitido agudo que perforaba los nervios.
15:00
14:59
14:58
Marzo leyó las instrucciones al lado del botón gigante en la pared:
> "ACTÚEN SEGÚN EL LIBRETO. SI ES ACEPTABLE, LA LUZ SE ENCENDERÁ EN VERDE.
SI FALLAN: DESCALIFICADOS."
Ambos suspiraron profundamente.
Había arrepentimiento en sus ojos. Mucho arrepentimiento.
Pero también resignación.
"Bueno." Dijo Aleph, mirando al techo. "Aún no es tarde para seguir el plan de Stelle."
Marzo suspiró y pellizcó a Aleph para que dejara de decir tonterías.
"Sí…" Marzo tocó sus mejillas para darse valor. "Vamos a… hacerlo."
Se acomodaron frente a frente, tensos como dos soldados condenados listos para ir al campo de batalla. Asintieron al unísono.
Y se prepararon para interpretar el romance más empalagoso jamás concebido.
En ese preciso instante, una manada de memes irrumpió corriendo dentro de la zona de pruebas. Entre ellos se destacaba un dinosaurio metálico naranja que bebió de un frasco sujeto a su collar, escupiendo una llamarada inmediata hacia el cielo.
Los labios de Marzo temblaron al reconocer a su "viejo amigo".
Ambos se miraron antes de simplemente encogerse de hombros.
"…¿Improvisamos un poco?" Preguntó Aleph.
"Sí. ¡Improvisamos!"
Aleph adoptó la postura exagerada del caballero del libreto.
"¡Oh, mi señora!" Declamó con voz solemne, mientras desviaba a un meme con un corte amplio que parecía coreografiado para una mala obra escolar. "¡No temáis! ¡Mi espada os protegerá!"
Marzo apenas pudo resistir las ganas de reír al ver la mirada que tenía Aleph.
"¡Oh, mi valeroso caballero!" Dijo con una voz que la hacía querer desaparecer. "Estos… horribles monstruos quieren mancillar mi pureza… ¡Elimínalos de la existencia!"
Aleph respiró hondo, entró en personaje y respondió con toda la solemnidad posible:
"Mi señora, mientras yo respire… nada la tocará."
Marzo respondió con el tono dramático que pedía su papel mientras preparaba su arco:
"Oh, valiente caballero… al menos procura que mi vestido no se ensucie."
Y sin romper personaje, lanzó una flecha de hielo que congeló las patas de un meme que intentaba acercarse demasiado a los demás.
Marzo lanzó flechas de hielo para mantener a raya a los memes, procurando que la escena se viera impresionante.
Aleph luchaba igual, intentando que cada golpe pareciera parte de una escena cinematográfica.
Era una actuación tan absurda que honestamente los dos temían cómo se vería desde afuera.
Finalmente, una campana resonó.
Los memes se dispersaron al instante, como si hubieran sido parte del sistema del concurso.
El hombre cocodrilo se levantó emocionado.
"¡Momento de la decisión del jurado!"
Marzo y Aleph se giraron hacia el enorme foco sobre la puerta.
Finalmente la luz se encendió en verde.
Ambos exhalaron al mismo tiempo.
"¡Lo logramos!" Exclamó Marzo, mientras Aleph simplemente se limitaba a cruzarse de brazos.
El cocodrilo los despidió con un saludo mientras la puerta se abría, revelando otra esfera de pinball esperándolos. Entraron sin protestar; a estas alturas ya estaban más que indiferentes a lo que sea que pudieran arrojarles.
Dentro, su ropa volvió a la normalidad en un destello de luz.
Ya ni se sorprendieron.
Solo suspiraron, cansados.
Al sentarse, Aleph sintió una sensación extraña.
Al levantarse vio que se trataba de un nuevo libreto.
Marzo lo tomó.
"'Jackpot'…"
Lo abrió. Aleph leyó por encima de su hombro.
La expresión de ambos cambió de inmediato.
"Un robo a un banco…" Murmuró Aleph.
"Con límite de cinco minutos para armar el plan… y cinco para ejecutarlo." Añadió Marzo con una expresión pensativa.
"…Oh. Esto sí me gusta."
Marzo también sonrió, aunque los dos suspiraron al ver sus papeles.
Pepe Ruiseñor y Sarah Owl, una pareja de forajidos.
"…¿Por qué siempre una pareja?" Se preguntó Aleph mientras suspiraba.
"Bueno, ¿a quién le importa? ¡Al menos esta vez no hay líneas cursis!" celebró Marzo levantando el puño.
Según las instrucciones, al bajar deberían elegir dos herramientas cada uno, planear un atraco en cinco minutos y ejecutarlo en los cinco restantes… todo sin romper el personaje.
...
Aleph se dio unas palmadas en las mejillas.
"Bien… puedo trabajar con esto."
Marzo empezó a revisar las herramientas disponibles.
Había ganzúas, cuerdas, una linterna potente, un falso detector de seguridad, máscaras teatrales y una pistola de agua sospechosamente pesada.
Eligió dos con cuidado y se las colgó a la cintura.
Aleph tomó otras dos.
Al subir a la plataforma, una luz blanca los envolvió.
Sus atuendos cambiaron al instante.
Aleph llevaba ahora un traje oscuro con sombrero de ala corta; prácticamente parecía llevar un cosplay de Hanu.
Marzo llevaba un vestido negro, gafas oscuras y un sombrero de ala ancha digno de una actriz de cine clásico.
Caminaron hacia el banco falso.
En la puerta, un guardia con bigote falso levantó la mano.
"Un momento. ¿De dónde vienen ustedes dos?"
Marzo se tensó; en el libreto no se mencionaba esta escena.
Aleph actuó rápido.
"¿No le avisaron? El gerente pidió esta entrega con prioridad. Lo van a llamar a usted si llegamos tarde."
El guardia titubeó.
Y Aleph, como un tiburón al que acaba de llegar el olor de sangre, se abalanzó sobre la oportunidad. Se encogió de hombros con una expresión casi decepcionada y miró al guardia como si fuera un completo inepto.
"Si quiere firmar el retraso en su registro, adelante. Puedo esperar. ¿Pero cómo cree que se verá si el jefe decide darle una pequeña amonestación por entorpecer un asunto urgente?"
Marzo se quedó con la boca ligeramente abierta mientras veía la sonrisa en el rostro de Aleph.
¿No era extrañamente similar a la de Kafka?
"Mmm… me pregunto si conseguirías siquiera un trabajo en una freidora,"
El guardia palideció.
"E-eh… no, no, pasen, pasen. Rápido, por favor."
Marzo murmuró.
"…¿de dónde sacaste eso?"
Aleph miró hacia otro lado, avergonzado.
"No pienso responder."
Solo les quedaban algunos minutos.
Y el botín estaba al fondo, brillando bajo las luces.
Dos barriles completos de Feliz Alma.
...
Marzo miró a su alrededor y parpadeó varias veces al ver los múltiples caminos invertidos, colgando en ángulos extraños y desconectados unos de otros como fragmentos de un rompecabezas mal armado.
Entre esos caminos patrullaban varios memes de aspecto rudo; parecían perros metálicos amarillos con gorras de guardia y ojos dorados que escaneaban todo a su alrededor.
Basado en sus propias suposiciones, tal vez no era descabellado pensar que todo lo que no fueran ellos mismos o los actores disfrazados del personal del banco era considerado enemigo.
Marzo tragó saliva.
"…¿Cómo se supone que vamos a robar, huir y llegar a la meta con esto en medio?"
Aleph escaneó el lugar con calma. No tardó en ver, a unos metros, el brillo dorado de una fuente onírica.
"Actúa natural. Si logramos camuflarnos bien con el personal, tal vez no nos detendrán."
Marzo asintió y lo siguió, fingiendo revisar un bolso mientras avanzaba lo más natural posible.
No pasó mucho tiempo hasta que ambos lograran alcanzar la fuente.
Hundieron las manos en el líquido dorado y tomaron varias burbujas oníricas.
Necesitarían tantas como pudieran cargar.
Todo iba relativamente bien… hasta que intentaron cruzar un pasillo para alcanzar unas escaleras al fondo.
El corredor vibró bajo sus pies.
"¿Qué…?" alcanzó a decir Marzo.
El pasillo entero comenzó a girar como si fuera una tuerca gigante. Las placas del suelo rotaban con velocidad creciente. Marzo perdió el balance y su pie resbaló hacia el borde del mecanismo.
"¡Aleph!"
Él reaccionó sin pensarlo. Sacó una burbuja de su bolsillo y la lanzó contra la pared. La superficie se encendió con un destello intenso antes de formar un camino dorado estable.
Tomó a Marzo por la cintura.
"Agárrate."
Ella no tuvo tiempo de responder. Aleph corrió por el nuevo camino inclinado, escalándolo como si fuera parte del piso. Los dos alcanzaron una estructura elevada en el techo y se escondieron detrás.
Un pitido agudo resonó sobre sus cabezas.
Marzo levantó la vista hacia el marcador.
4:00
"Apenas cuatro minutos…" Murmuró.
"¿Qué herramientas escogiste?" Preguntó Aleph.
Marzo abrió su bolso y mostró una bomba pequeña con un detonador remoto.
"Esto."
Aleph asintió y le devolvió el gesto, mostrando la ganzúa y una granada aturdidora.
"No es lo mejor, pero funcionará."
"Funcionará si nos apresuramos." Respondió Marzo mientras señalaba hacia abajo. "Tenemos compañía."
Más memes patrullaban la zona bajo ellos. Aleph evaluó la dirección en la que se movían.
"Bajemos. Por ahí."
...
Durante los siguientes minutos, los dos se desplazaron con la mayor velocidad posible: bajaron dos tramos de escaleras, saltaron una pared lateral, desbloquearon tres puertas consecutivas y esquivaron a tres guardias y ocho memes en total.
Hasta que finalmente la bóveda apareció ante ellos.
Marzo no perdió tiempo.
Pegó la bomba sobre la cerradura reforzada y creó un escudo de hielo de Seis Fases entre ella, Aleph y la puerta.
"¿Lista?" preguntó.
"Sí." Aleph ajustó su agarre.
Marzo presionó el detonador.
La explosión sacudió toda la sala.
Inmediatamente se escucharon aullidos y pasos pesados acercándose.
Justo como esperaban.
Durante su recorrido, Aleph había dejado varios obstáculos de hielo en corredores clave para retrasar la llegada de los guardias.
El marcador descendió.
1:00
Un grupo de memes apareció por el pasillo principal.
Aleph quitó el seguro a la granada y la lanzó.
El artefacto rebotó en el suelo y rodó hasta quedar justo ante los pies de un meme, que apenas alcanzó a mirarla antes de que estallara en un fogonazo brillante.
"¡Ahora!" gritó Aleph.
Marzo y él tomaron un barril de Feliz Alma cada uno. Con las burbujas oníricas restantes crearon un camino tras otro mientras avanzaban a toda velocidad hacia la salida.
Un meme casi los alcanzó por detrás.
Marzo giró sobre un pie y le propinó una patada directa en el hocico que lo envió disparado contra una pared.
15 segundos.
La salida estaba a la vista.
Aleph evaluó la distancia en un instante y cargó lo mejor que pudo.
Marzo sostuvo los barriles con fuerza y, al sentir las manos de Aleph sobre su cuerpo, pronto se dio cuenta de sus intenciones.
"¡Aleph, no se te ocurra—!"
Aleph la alzó como si fuera una carga pesada y la lanzó hacia la meta.
"¡Ahhhhhhhhhhh!"
Marzo aterrizó rodando, abrazando los barriles. La plataforma se iluminó en cuanto sus pies tocaron el centro.
Una luz verde se encendió.
Marzo levantó los brazos emocionada mientras Aleph llegaba un instante después, un poco insatisfecho por no haber logrado un tiro perfecto y, sin embargo, satisfecho por el resultado.
Ambos chocaron los cinco.
"¡Dúo invencible!" Celebró Marzo antes de tomar a Aleph por la corbata y obligarlo a mirarla a los ojos. "Haz eso de nuevo y te mato."
Una puerta se abrió lentamente frente a ellos.
Del otro lado los esperaba un hombre refinado, con lentes redondos y una libreta en la mano.
"¡Felicitaciones por superar la segunda prueba! Soy el periodista encargado de registrar el progreso de los participantes."
Tomó una tablet y les mostró la pantalla.
En el ranking general de los veinte dúos…
1° — Aleph & Marzo
3° — Himeko & Stelle
2° — Oda a la Belleza
4° — Esclavos Corporativos
5° — Estrellas del mañana
6° — Poetisas del Destino
7° — Seguidores del Aeon del metro y medio
8° — Seguidores de la Grasa
9° — Simps de Robin
10° — La Vanguardia del Pollo Frito
Etc.
Marzo parpadeó varias veces mientras veía la lista con incomprensión.
"…¿Tercero? ¿Cómo Himeko y Stelle están en tercero…?"
"Extraño. Creí que si eran ellas, podrían estar incluso en primer lugar." murmuró Aleph con desconcierto.
El periodista levantó una botella de Feliz Alma.
"¡Les deseo suerte en la prueba final! Han dado un espectáculo magnífico."
Ambos entraron a la nueva esfera que esperaba detrás. Dentro revisaron si había otro libreto, pero no encontraron nada.
Sus atuendos desaparecieron en un destello, devolviéndolos a su ropa habitual.
"Qué pena…" suspiró Marzo. "Me gustaba este conjunto."
"Podemos buscar ropa similar después." Dijo Aleph. "Aún tengo pendiente esa promesa, ¿recuerdas?"
Marzo parpadeó mientras ladeaba la cabeza, hasta que su rostro se iluminó al recordar.
"¿De verdad? ¡Podríamos incluso buscar variantes en otros colores!" respondió con una sonrisa feliz.
"Mmm, no es una mala idea."
La esfera fue lanzada una vez más.
Marzo comenzó a tararear una melodía alegre mientras pataleaba. Aleph, por otro lado, se quedó mirando las demás esferas avanzar por los carriles paralelos.
"Me pregunto cómo les estará yendo a Himeko y Stelle ahora mismo…" murmuró. "Y si Welt logró la audiencia…"
Un mal presentimiento apretó su pecho. Aleph frunció el ceño mientras pensaba en Burroughs.
Si estuviera ahí, ya le habría dejado algún comentario útil.
Suspiró. Tal vez era solo la tensión del concurso.
Tal vez era algo más.
Pensó otra vez en Burroughs y en su silenciosa ausencia desde su aviso de mantenimiento.
Sin ella, el vacío mental se sentía más… grande.
Una voz suave y coqueta acarició el borde de su conciencia.
"¿De verdad crees que estás solo, Joven Vástago~?"
Aleph se tensó. Un escalofrío recorrió su espalda mientras sentía una sensación fria infiltrarse en su cuerpo, como si le hubieran arrojado agua con hielo. Miró a los lados sin encontrar a nadie además de Marzo.
Ella dejó de tararear y le dio una mirada curiosa.
"¿Qué pasó?"
Aleph suspiró mientras se pasaba una mano por el rostro.
"Un ataque de nervios, supongo."
Marzo se palmeó el pecho con confianza.
"No te preocupes. Mientras confíes en mí, ¡definitivamente obtendremos la victoria!"
Aleph soltó una ligera risa.
"Fue demasiado dramático."
Marzo le guiñó un ojo, formando con la mano una pistola con la que lo apuntó.
"Bang. Ahora tendrás que callarte."
Ambos rieron mientras la esfera descendía hacia el siguiente escenario.
.....
La esfera se abrió y dejó a Aleph y a Marzo frente a un escenario amplio iluminado por tonos verde esmeralda. Allí los esperaba un anciano de porte elegante, traje verde impecable y un bigote perfectamente peinado. Su presencia emanaba refinamiento.
"Bienvenidos a la prueba final." Dijo con una sonrisa amable. "Soy Aideen y actualmente dirijo la compañía Feliz Alma."
Marzo parpadeó al oír su nombre.
"¿El mismo Aideen del Parque Aideen?"
Marzo y Aleph intercambiaron una mirada rápida.
Aideen apoyó su bastón contra el suelo y continuó.
"Esta última etapa será simple en concepto, aunque no tan simple en ejecución. Para superarla deben vencer al campeón invicto del concurso. Ha ganado cada edición desde que se inauguró este evento."
Aideen extendió el brazo hacia una plataforma lateral.
Allí, parados bajo un haz de luz, estaban dos figuras conocidas.
"Argenti." Murmuró Aleph, sorprendido.
El caballero sonrió con la misma serenidad que siempre lo caracterizaba. Colocó una mano en su pecho y se inclinó levemente.
"Es un honor encontrarnos nuevamente, joven amigo. La Belleza siempre nos conduce por caminos inesperados."
Vilite alzó la barbilla con orgullo.
"Naturalmente estamos aquí. No podría existir un concurso sin que nosotros arrasemos con todos los récords."
Aideen rió suavemente.
"Su llegada a Penacony fue reciente y aun así ya han obtenido puntuaciones ejemplares. Sus actuaciones han sido memorables."
"Pues definitivamente no serán mejores que Aleph y yo."
Marzo entrecerró los ojos mientras una chispa competitiva se encendía en su expresión. Aleph sintió lo mismo. Los dos se habían visto arrastrados a un concurso absurdo… pero en ese momento ambos sintieron el impulso natural de ganar.
Además, Aleph también quería restregarle su victoria en la cara a Stelle.
Aideen observó a los cuatro con una mirada nostálgica.
"Ah, la juventud. Llena de hambre por demostrar de lo que son capaces. Síganme."
Los condujo por un pasillo ascendente hasta un área amplia donde brillaban luces intermitentes de colores amarillo y verde. La música era suave, casi sentimental, en contraste con los ritmos caóticos de las pruebas anteriores. Al llegar al centro encontraron una enorme pantalla flotante y, frente a ella, una fila de asientos ocupados por el panel de jueces.
Al verlos acercarse, uno de ellos les hizo un gesto amplio.
"¡Hey!" Exclamó Sampo levantando la mano con una sonrisa demasiado amplia.
Una mujer elegante los saludó con un leve movimiento de cabeza. A su lado Sparkle sonrió… hasta que escuchó la voz de Aleph.
"Oh. La payaso pepeshiana otra vez."
La sonrisa de Sparkle flaqueó y su ojo tembló mientras le dirigía una mirada mortal.
Sampo estalló en risas. Sparkle lo golpeó con un mosquitero rojo antes de levantarse y señalar a Aleph con indignación.
"¡No soy una payasa ni mucho menos pepeshiana!"
Aleph simplemente se encogió de hombros y desvió la mirada sin inmutarse.
"Lo que tú digas. Aunque las fotos que me envió Sampo dicen otra cosa."
"¿Tomaste fotos?..." Preguntó Sparkle con una sonrisa artificialmente dulce mientras le daba una mirada a Sampo.
"Jajaja, ¡sería un crimen no hacerlo!"
"…Crimen será lo que haré si no las borras en este instante."
Marzo se aproximó a Aleph y le susurró con el ceño levantado:
"¿Quién es ella?"
"No tengo idea." Contestó él, completamente serio. "Pero es divertido hacerla enojar."
Marzo suspiró.
"Cada día te pareces más a Stelle."
Aideen carraspeó con elegancia y la luz sobre la plataforma principal aumentó.
"Hemos llegado al final de este camino. Cada uno de ustedes está aquí porque demostró talento, determinación y creatividad. Ya sea que busquen convertirse en súper estrellas o ganar el premio, recuerden una cosa. Esto es una competencia amistosa."
Argenti asintió solemnemente.
"Así debe ser."
Aideen continuó.
"Argenti ya realizó su presentación en la primera instancia de esta prueba. Su actuación fue tan poderosa que incluso el juez más estricto terminó llorando. Estoy seguro de que entre sus deseos está el de intentar superar semejante hazaña."
Vilite cruzó los brazos y sonrió con altivez.
"Por supuesto que lo superarán." Murmuró. "Si tienen el valor suficiente."
Marzo y Aleph dieron un paso adelante. La pantalla principal se encendió.
Una jueza joven de piel bronceada avanzó con entusiasmo. Llevaba un traje elegante en tonos fríos y su sonrisa transmitía una energía contagiosa.
"Me encanta el romance." Dijo con ilusión. "Y me encantan las parejas. Así que para esta instancia quiero que actúen como una pareja real. Improvisen. Sorpréndanme."
Marzo y Aleph quedaron en silencio un instante.
Luego se miraron.
Y finalmente comprendieron la razón de tantas pruebas con temática de pareja.
Marzo abrió la boca, pero ninguna palabra salió.
Aleph se rascó la cabeza.
"No sé si pueda hacerlo, ya saben. Marzo no es realmente mi tipo."
Momentáneamente el lugar quedó envuelto en un silencio incómodo.
Incluso Sparkle dejó de sacudir su mosquitero, que golpeaba a Sampo.
Las cejas de Marzo temblaron de inmediato.
"…¿Huh? ¿Por qué lo haces sonar como si tú fueras quien me rechaza a mí?"
"No te enojes. Es obvio que no estabas interesada en primer lugar." Contestó Aleph con calma, lo que por alguna razón solo le pareció más irritante. "Además estamos en niveles distintos."
Marzo sintió un tic en el ojo izquierdo.
"¿Niveles distintos…?"
"Es normal. No te presiones. No todos pueden aspirar tan alto como para estar con alguien como yo." Comentó mientras alzaba la cabeza con una expresión tan altiva que la mayoría de los presentes apenas pudo resistir el impulso de golpearlo.
En medio del silencio Sparkle tapó su boca con una mano mientras intentaba reprimir una suave risa.
"¡Aleph Avesta, no me interesarías ni aunque fueras el último hombre vivo en este Cosmos!" Gritó Marzo genuinamente molesta.
"Tranquila. No me lo tomo personal. De todos modos el rosa lo prefiero en dulces antes que en mujeres. ¿No sientes que las mujeres de cabello rosa están sobrevaloradas y en este punto ya no atraen ni llaman la atención?"
"¡¿QUÉ?!"
Marzo intentó golpearlo directamente en la cara.
Aleph la esquivó inclinando ligeramente su cabeza, con una sonrisa descarada.
"Con ese golpe no levantarías ni tu autoestima."
"¡VEN AQUÍ!"
Marzo lo persiguió unos cuantos metros antes de que la jueza bronceada aplaudiera emocionada con ojos brillantes.
"¡Magnífico! Eso fue perfecto. Captaron de lleno la tensión inicial de un romance del estilo enemies to lovers."
"Naturalmente."
Aleph se detuvo y levantó la palma para chocar los cinco con Marzo.
Ella lo miró confundida.
Luego su cara se enrojeció.
"…¿Estabas actuando?"
"¿No se notaba?"
Marzo tapó su rostro unos segundos y finalmente chocó su mano con la de Aleph mientras internamente reprimía su vergüenza.
"Vamos." Dijo él. "Es nuestro turno."
Ambos subieron los escalones hacia el siguiente desafío mientras el público los animaba.
"Fuiste realmente convincente." Dijo Marzo sin poder evitarlo.
Aleph se rió con un poco de vergüenza mientras se rascaba la mejilla.
"Tal vez no soy bueno actuando. Pero lo de ser irritante me sale natural."
Marzo lo miró de reojo con una sonrisa temblorosa.
"No estoy segura de si eso es algo de lo que deberías sentirte orgulloso…"
Los dos siguieron avanzando hacia la cima.
La prueba final recién comenzaba.
.......
Al subir el siguiente tramo de escalones, Aleph y Marzo llegaron a una plataforma circular iluminada por un tono azul suave. Allí los esperaban dos jueces. El primero era un caballero alto de cabello gris plateado con una expresión refinada y una postura impecable. A su lado, Sampo agitaba la mano con una sonrisa.
"Bienvenidos a la segunda instancia de la prueba final." Anunció el caballero con voz apacible. "En esta etapa no evaluaremos improvisación. En su lugar nos concentraremos en el lenguaje corporal y en la capacidad de transmitir emoción sin depender de las palabras."
Marzo tragó saliva al escuchar eso. El caballero se acomodó el cuello de su traje y la miró con una expresión genuina de admiración.
"La naturalidad con la que usted, jovencita, interpretó a una mujer indignada a punto de golpear a un tonto fue sublime. En todos mis años dentro de la industria teatral no es normal encontrar un gesto tan auténtico que me deje sin palabras. Permítame expresar mi admiración por su talento."
Aleph desvió la mirada con una leve sonrisa mientras sus hombros temblaban ligeramente. Marzo lo golpeó en el hombro con el ceño fruncido. El caballero rió con suavidad hasta que Sampo tosió en su mano.
"No deberíamos hacerlos perder más tiempo." Comentó Sampo mientras se pasaba una mano por la nuca.
El caballero abrió los ojos, sorprendido.
"Tienes razón. Mil disculpas."
Se volvió hacia Aleph y Marzo con una actitud más formal antes de explicarles la consigna.
"Daremos el marco de la escena. Ustedes deberán interpretarla con movimientos, gestos y expresión. Nada de diálogo. La emoción debe bastar para transmitir la historia."
Marzo y Aleph escucharon con atención.
"Ambos interpretan a dos buscadores de sueños que han venido a Penacony para cumplir sus metas. Han trabajado duro durante años. Largas noches de esfuerzo, incontables horas dedicadas a su proyecto. Sin embargo, todo parece alejarse. Incluso su más reciente logro fue eclipsado por un pequeño negocio rival que lanzó un producto de menor calidad pero más vistoso y económico. Perdieron clientes. Se vieron obligados a vender su mercancía fina a precios bajos y ahora cargan el peso de la incertidumbre. Podrían perderlo todo."
Sampo añadió.
"Y recuerden, en esta escena no pueden hablar. Solo gestos y movimientos ¡Nada más!"
El caballero volvió a tomar su libreto.
"Es de noche. El cielo eterno de Penacony parece más frío de lo habitual. Ambos contemplan su fracaso inminente. Tu compañera está desanimada. El brillo en sus ojos se apagó. Entonces, joven amigo… ¿qué haces para animarla?"
El silencio cayó sobre la plataforma.
Marzo miró a Aleph con desconcierto. Aleph le devolvió la mirada con la misma expresión. Los dos se encontraron paralizados por un instante. Sabían que esta prueba no se podía resolver con improvisación como la anterior. Necesitaban transmitir una emoción real.
¡Pero el problema era que ninguno de los dos sabía muy bien cómo hacerlo!
Marzo apoyó una mano sobre su pecho.
Aleph cerró los ojos por un corto instante.
Varias ideas chocaron en su mente hasta que un recuerdo emergió con claridad. No sabía si serviría o siquiera si encajaba con el guion, pero era lo único que podía intentar.
Abrió los ojos y dio un paso adelante.
Para sorpresa de Marzo, Aleph tomó ambas manos con firmeza y suavidad. La calidez de su agarre la inmovilizó y desconcertó. Ella abrió ligeramente los ojos. Su expresión vaciló, sin saber cómo reaccionar. Pero no podía dejar que su rostro mostrara confusión. Si lo hacía arruinaría la prueba y descartaría cualquier esfuerzo que Aleph pudiera estar intentando hacer. No quería fallarle, no ahora.
No dijo ni una palabra, pero sus gestos bastaron para llamar la atención. Su postura estaba cuidadosamente hecha y sus movimientos eran absolutamente naturales sin una falla, como si lo hubiera hecho cientos de veces antes.
Deslizó sus manos con una ternura que parecía incompatible con su forma habitual de comportarse.
El caballero contuvo el aliento. Sampo ladeó la cabeza con una mirada contemplativa mientras se sostenía la barbilla con una mano.
El caballero abrió el libreto y comenzó a narrar con solemnidad mientras leía las líneas de ambos personajes.
"Él tomó sus manos. Su compañera temblaba por dentro sin dejarlo ver en su rostro. Él elevó su mirada hacia el cielo nocturno, lleno de luces que titilaban sobre la ciudad de los sueños. Luego volvió a ella, intentando transmitirle que aún no debían rendirse. Ni esa noche ni ninguna otra."
Aleph inclinó suavemente la cabeza hacia Marzo. Su expresión era tranquila y firme. El gesto tenía una dulzura inesperada que caló más hondo de lo que a él mismo le agradaba admitir.
Marzo sintió que su respiración se trababa por un instante mientras se perdía momentáneamente en el dorado opaco de los ojos de Aleph.
No pudo evitar bajar la mirada.
El caballero continuó leyendo.
"Él le recordó que no estaban aquí por casualidad. Habían llegado lejos. Si habían podido soportar la caída, podrían soportar la oscuridad. Porque incluso si sus sueños parecían desvanecerse, aún quedaba lo más importante. La esperanza."
Aleph deslizó su pulgar por la mano de Marzo en un gesto breve y reconfortante. Luego, sin romper la conexión, la guió hasta su pecho, apoyando la palma de ella justo sobre su corazón.
Marzo abrió los ojos un poco mientras sentía el suave ritmo de su latido. Algo cálido se extendió bajo su piel. Era solo actuación. Solo una prueba. Solo una escena. Pero aun así…
Sampo murmuró algo parecido a un elogio mientras observaba cada gesto de Aleph con atención.
El caballero siguió narrando.
"Ella, temerosa de mirar atrás, buscaba consuelo en la quietud de su compañero. Y él se convirtió en ese faro en medio del abismo que amenazaba con tragarlos a ambos."
Aleph alzó suavemente el mentón de Marzo para que lo mirara. Ella lo permitió, manteniendo la compostura requerida por la prueba.
Su rostro transmitía cierta vulnerabilidad sin exagerarse.
El caballero se llevó una mano al rostro para limpiar discretamente una lágrima. Realmente tenían un gran talento. Sampo no pudo apartar sus ojos de Aleph, sorprendido por lo fluida que era su ejecución.
Finalmente, Aleph rodeó con sus brazos la cintura de Marzo y la atrajo hacia un abrazo completo. Ella quedó apoyada contra su pecho. Podía oír su respiración. Podía sentir el calor que irradiaba. Podía percibir lo cuidadosamente que había medido cada gesto.
Una parte de ella finalmente entendió por qué Stelle disfrutaba tanto abrazarlo.
Era cálido. Tranquilo. Cómodo.
Se permitió cerrar los ojos un instante. Incluso frotó suavemente su mejilla contra él sin darse cuenta.
El caballero dejó caer el libreto. Sampo dio un pulgar arriba.
"Perfección." Dijo Sampo.
"Brillante." Exclamó el caballero mientras recuperaba la compostura. "Una ejecución impecable. Han logrado capturar la esencia sin una sola palabra."
Ambos jueces levantaron sus carteles con la nota máxima.
Aleph y Marzo avanzaron hacia la escalera decorada con una alfombra roja que los llevaría a la instancia final.
Mientras subían, Marzo evitó cruzar miradas.
"¿Cómo hiciste eso?" Le preguntó en voz baja.
Aleph se detuvo un segundo antes de responder.
La imagen de un niño pequeño de cabello castaño apoyado contra una mujer de cabello rubio y ojos verdes cruzó su mente, seguida por la imagen de una hermosa chica de lentes con un uniforme escolar consolando a un tonto con el corazón roto.
"Así me consolaba mi hermana mayor." Respondió mientras ignoraba el segundo recuerdo.
Marzo no respondió, entendiendo que quizás este era un tema delicado para él en el que no debía profundizar.
Aleph dio un pequeño suspiro.
"No importa. Queda poco. Hay que ganar y entrar al Gran Teatro."
Marzo asintió.
Ambos subieron el último tramo.
.......
Al llegar al final de la escalera, Aleph y Marzo fueron recibidos por una mujer mayor de porte distinguido. Su vestido era oscuro, ornamentado con bordados finos, y su mirada tenía la firmeza de quien ha pasado su vida entera en el mundo del espectáculo. A su lado permanecía Sparkle, sonriendo mientras los veía llegar.
La mujer inclinó la cabeza con solemnidad.
"Bienvenidos. Soy Eda Hildegard, directora retirada y evaluadora invitada. La mayoría de las escenas que han interpretado tienen su origen en clásicos del cine, así como en varias de las películas escritas por mi acompañante."
Sparkle dio un paso adelante con una sonrisa encantada.
"Hola de nuevo. Me alegra ver que llegaron hasta aquí con tanta energía."
Marzo y Aleph compartieron una breve mirada.
La mujer continuó.
"Desde la sección anterior han estado siguiendo la secuencia argumental de una película. Se llama 'Érase una vez en un sueño'. La historia relata el viaje de una pareja que llega a Penacony persiguiendo sus sueños. Enfrentan obstáculos, fracasos, oportunidades perdidas. Eventualmente, el corazón de uno de ellos se quiebra y abandona, rindiéndose, mientras que el otro continúa por su cuenta."
Sparkle movió suavemente un abanico sobre su rostro.
"Años después se reencuentran. Él logró cierto éxito. Ella cayó en la más absoluta pobreza. Ambos cambiaron demasiado y ahora son personas distintas. Ya no pueden reconocer al otro."
Eda asintió.
"Gracias por completar mis palabras."
Su expresión se volvió seria al mirar directamente a Aleph y a Marzo.
"Esta es la última escena. Un Penacony revitalizado sirve como trasfondo. La reunión trae alegría, pero también nostalgia, tristeza por la separación pasada, incomodidad al verse convertidos en extraños, y la tímida emoción de reencontrarse al fin."
Aleph y Marzo guardaron silencio mientras escuchaban cada detalle.
"Deben transmitir esta mezcla agridulce. ¡Muéstrenme, mediante sus habilidades, una actuación precisa y emotiva!"
Sparkle les guiñó un ojo.
"Den lo mejor."
Los dos se quedaron quietos. A pesar de haber superado cada desafío, esta prueba los dejó desorientados. Marzo bajó la vista, sintiendo un nudo desagradable en el pecho. Recordó cada sección del concurso. Recordó cómo Aleph había logrado abrir caminos cuando ella no sabía cómo avanzar. Recordó que había sido él quien sostuvo la estructura de todo el dúo.
Desde el inicio del concurso sintió que lo había defraudado.
Era ella quien había prometido llevarlos a la victoria.
Era ella quien había dicho que este era su elemento.
Y, sin embargo, todo había recaído sobre él.
Ese pensamiento la golpeó con fuerza.
Sus ojos se abrieron con sorpresa.
Esa era la solución.
La emoción que necesitaban transmitir no tenía por qué ser una copia exacta. Bastaba con algo real, con usar lo que sentía.
Marzo levantó la cabeza.
Sus ojos, antes vacilantes, estaban llenos de decisión.
Aleph parpadeó sorprendido ante esa mirada.
Luego sonrió con calma. No hacían falta palabras. Entendió que ella tenía un plan.
¿Y qué clase de compañero sería si no la apoyaba hasta el final en lo que fuera que hubiera decidido? Colocó una mano en su hombro y avanzó junto a ella hacia la zona marcada para la actuación final.
La plataforma se iluminó. Una pantalla a la distancia mostraba la escena para los espectadores que seguían la final.
El escenario nocturno se materializó alrededor de ellos junto a una banca solitaria al lado de un farol tenue.
Una vez más sus ropas cambiaron como en pruebas anteriores.
Marzo llegó primero. Su vestido era sencillo y algo gastado, pero aun así no era suficiente para ocultar su encanto.
Tomó asiento con rigidez y entrelazó sus manos mientras su mirada se perdía en el firmamento, como si buscara rememorar un viejo recuerdo muy querido para ella. Su postura transmitía cansancio y había unas finas ojeras debajo de sus ojos que delataban lo poco que había podido dormir o descansar.
Aleph apareció por el extremo contrario. Su ropa era más pulida, pero no ostentosa.
Avanzó con calma, pero pronto se detuvo con una expresión sorprendida al toparse con ella.
Marzo se estremeció cuando notó su presencia. Elevó la cabeza con una mezcla de sorpresa y temor. Aleph detuvo su avance mientras sus ojos se encontraban.
Marzo desvió la vista, como si la cercanía le doliera. Aleph dio un paso más y ella volvió a estremecerse.
Marzo respiró hondo; sus manos temblaron.
Aquello no pasó desapercibido para Aleph.
Dio un paso para acercarse y luego retrocedió medio centímetro, como si temiera invadir un territorio que ya no le pertenecía.
La mujer mayor observaba sin pestañear. Sparkle apretó el abanico entre los dedos.
Marzo levantó la mano un poco, como si quisiera tocar algo que ya no existía, pero la bajó enseguida. Aleph, en respuesta, inclinó la cabeza con un gesto pequeño.
Marzo dejó escapar un temblor en los labios y, en lugar de mirarlo directamente, movió su cuerpo hacia un lado, dejando libre un espacio en la banca.
Aleph dudó unos instantes, aunque luego se sentó con cuidado.
Cercano, pero no demasiado.
Presente, pero sin reclamar nada.
Marzo apoyó una mano en su regazo. Aleph la observó solo por un instante y, en un acto sutil, y lento, extendió la suya para cubrirla sin apretar. Si ella quería retirarla, podría.
Marzo no la retiró.
Aleph respondió mirando hacia el cielo.
"Ha pasado un buen tiempo, ¿no es así?" Dijo suavemente, pero rápidamente apretó una mano sobre su pierna mientras su expresión se distorsionaba, como si sintiera que había dicho una estupidez.
"Idiota." Murmuró ella mientras tomaba su mano entre las suyas. Un ligero temblor recorrió su cuerpo mientras pequeñas gotas comenzaban a caer del cielo. "¿Por qué tardaste tanto tiempo?"
Y bajo la vista de Aleph, estuviera lloviendo o no, pudo sentir su pecho apretarse mientras veía lágrimas caer del rostro de Marzo.
Eda se llevó una mano al pecho. Sparkle respiró hondo.
Marzo dio un pequeño movimiento hacia Aleph.
Él respondió con un giro leve del hombro, dejando espacio para que descansara la cabeza allí sin presionar. Marzo dudó un instante. Luego apoyó su frente sobre él.
Sus manos se aferraron con fuerza a la del otro. Incluso mientras sus cuerpos eran empapados por la lluvia, sentían un calor ardiente al sentir la mano del otro tomando la suya.
.......
En la zona de espectadores, la siguiente esfera descendió. Himeko y Stelle salieron y se unieron a Aideen, Argenti y Vilite, quienes observaban una gran pantalla suspendida en el aire.
"¿Qué miran?" Preguntó Stelle.
Argenti señaló la imagen con solemnidad.
"Contemplamos el clímax del concurso. Vuestros compañeros están representando la escena final. El joven Aleph y la señorita Marzo realizan una interpretación que evoca la belleza más pura. Mi corazón se conmueve. Sería un privilegio compartir escenario con almas tan brillantes."
Vilite soltó un bufido.
"No es para tanto." Murmuró mientras limpiaba discretamente una lágrima. "No nos superaron. Solo fue decente."
Argenti lo abrazó riendo con suavidad. Vilite gruñó, pero no se apartó.
Himeko sonrió.
"Parece que teníamos un par de caballos oscuros en el concurso."
Stelle resopló.
"Injusto. Si fuera conmigo, Aleph podría hacerlo un millón de veces mejor."
Relojito dio un salto sobre su hombro.
"No te rindas. Siempre podrás intentarlo de nuevo en el siguiente concurso."
Stelle alzó el puño al cielo.
"¡Tienes razón! ¿A quién le importa este? El siguiente será mío."
Himeko se masajeó el puente de la nariz.
Pensar que habían llegado tan lejos solo porque Relojito le enseñó a Stelle la técnica del Trucoreloj era un recordatorio doloroso de lo caótica que había sido toda la travesía.
...
Cuando terminó la escena, la plataforma se apagó.
Los jueces rompieron en aplausos.
Marzo dejó escapar el aire que había estado conteniendo. Aleph la miró y sonrió.
Ella dio un salto impulsivo hacia él. Aleph la sostuvo por la cintura y giró, riendo con la misma emoción que ella. La alegría duró hasta que escucharon una tos suave.
Himeko los observaba con una sonrisa. Stelle se acercó con los brazos cruzados y los separó como si fuera su obligación moral.
Detrás de ellas llegó Firefly, quien desvió la mirada con una expresión que nadie alcanzó a descifrar.
Argenti se acercó con paso firme.
"Joven Aleph. Señorita Marzo. Han sido magníficos. Es un honor compartir esta travesía con ustedes. Me encantaría presenciar la premiación. Sin embargo, mi deber como Caballero de la Belleza jamás se detiene. Debo partir para auxiliar a quienes necesitan la gracia de Idrilla."
Aleph estrechó su mano.
"Nos veremos pronto."
Aideen se sumó al grupo.
"Han hecho un trabajo excepcional. Si desean que sus amigos los acompañen a la ceremonia, les permitiré la entrada especial. Una celebración se disfruta más en compañía."
Les entregó una botella de Feliz Alma como cortesía.
"Un premio adicional. Úsenla para brindar."
El grupo subió a un vehículo brillante que aguardaba al borde de la plataforma. Mientras se alejaban, Aideen los observó partir con los brazos cruzados.
"Me pregunto por qué el señor Sunday insistió en entregar el premio él mismo." El anciano soltó un suspiro. "Supongo que no es mi trabajo entender lo que pasa por la mente de los jefes."
La música del concurso se apagó lentamente.
El concurso había terminado.
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Holaaaaa.
Ha pasado un tiempo ¿Verdad? La infección en mi ojo mejoró mucho y con eso finalmente pude darme el gusto de escribir cuánto pude.
En fin espero no haber perdido el toque.
¿Como van sus tiradas?
Le pedí a mi hermano menor que me ayudará a farmear y hacer tiradas.
Perdí el 50/50 y Tribbie aún no sale.
Dios, voy en la tirada número 50 y si no sale no creo que pueda reunir para darle otra tirada antes de que acabe su banner.
