Ficool

Chapter 25 - Capítulo 25

Arkon en la sala del templo andante, tenia los ojos cerrados mientras la brisa mecía las cortinas azules y los destellos de los haces de luces del sol alumbraban su rostro afilado. Estaba en completa soledad, escuchando de fondo el marchar de los hombres y enanos al unisonó, el rugir de algunos leones o el relincho de los pegasos.

E incluso sentía el movimiento del templo como avanzaba quien estaba siendo tirado por Rexes que no necesitaba hacer fuerza para moverlo, pero sus ojos se abrieron cuando segundos antes escuchó los pesados pasos de un mirmidón quien abrió la puerta y habló.

"mi señor Arkon, Altdorf está a la vista." Dijo con seguridad y abría la otra puerta al ver que su rey estaba por salir a ver.

Incluso a kilo metros vio la enorme magnitud de Altdorf, e incluso su visión veía una línea recta que casi tenia que mover su cabeza de lado a lado para determinar los kilómetros que tiene las murallas de color blanco de la capital del imperio, e incluso observo con detenimiento como había torres mas grandes que las que había en las murallas.

E incluso el rio a su lado derecho podía verse diversas naves de diferentes tamaños e incluso un alto y alargado puente que conecta con Talabecland, Arkon tronó los huesos de su cuello y se puso su casco espartano con cresta blanca, cuando miró a su derecha vio al cuarteto de amigos del viaje, Hércules, Belerofonte, Aquiles y Circe quienes montaban caballos comunes que compraron excepto el segundo.

Circe no quería hablarle y solo lo hacia cuando era estrictamente necesario, hércules le gustaba el aire libre, Belerofonte disfrutaba más la presencia de su pegaso y Aquiles la compañía de otros debido a que ellos le gusta hablar con alguien tan accesible como él, un gran guerrero.

Belegar caminaba con los suyos, pero Arkon se quedaba de su carruaje templo con los ojos cerrados contestando preguntas o respondiendo de forma hipotética, como debería de reaccionar, como hablar, como responder, como caminar o su postura, cuando ser tajante o suave, como hacerse respetar o como reconocer a alguien de su puesto. Además de llevar el tema del ataque a Argos a manos de los altos elfos.

El correr del tiempo pasaba con velocidad y el tamaño de murallas blancas del imperio se hacían mas grandes y mas detallas, y con orden de Arkon, los cuernos de guerra resonaron como un rugido de un león de nemea, alargado y profundo que incluso asusto a los pájaros haciendo que bandadas enteras se formaban en segundos y al instante después, las murallas se vieron pequeños puntos negros formándose en fila.

Cuando mas se acercaban los estandartes de Grecia y el clan Angrund se levantaron haciendo que filas y filas de hombres y enanos lleven portaestandartes largos y firmes, las puertas del sur de Altdorf se abrieron y miles y miles de hombres salieron, sea artillería, caballería cuerpo a cuerpo o distancia, infantería, infantería de proyectil e incluso se vio un general del imperio arriba de un grifo imperial de color marrón oscuro y con garras y pico de color anaranjados de ojos amarillos penetrantes.

Nuevamente, Arkon dio la orden de tocar los cuernos de guerra y junto con Belegar avanzaron, quien a obligación de Arkon, se subió a un caballo comprado en el camino, detrás de ellos había un regimiento de leones de nemea y uno de matadores de gigantes, y enfrente de ellos el general del imperio fue acompañado por un regimiento de semigrifos quienes a simple vista tenían armas mágicas.

Del lado del imperio hablaban en voz baja comentando sobre lo que veían, y ya era sabido que el rey de Grecia apenas superaba los quince años de nacido, todos reaccionaban con escepticismo, otros con decepción de dejar todo a cargo a un simple niño que apenas salió de la cuna de plata que tenia, otros con burla por permitir que toda esa facción sea manejada por alguien tan pequeño y tan poco experimentado con la vida.

Por otro lado, el ejercito griego o mas bien la guardia más elitista de Grecia parecían estar en presencia de un funeral, no había reacción, ruido, comentarios de asombro o expectativa, e incluso respiraban al mismo tiempo de los sincronizados que estaban, los tres héroes de Grecia eran mas de lo mismo y la hechicera ni siquiera miraba como el rey avanzaba.

Los enanos por su lado, incluso si tenían que sacrificarse hasta el ultimo de ellos por esta facción que ya consideraban un hermano para ellos, lo harían con gusto, desde sus historias de cada soldado, entrenamiento, ser amigo de un león, combates amistosos, su disciplina y su gran sentido del honor los ha dejado maravillados hasta el ultimo momento, ni hablar de su rey y héroes de su pueblo.

Cuando los dos bandos se vieron frente a frente dejaron de moverse al unisonó, ninguno de los hombres del imperio esperaba mirar a un león dorado que superaba a los leones de Chrace, e incluso los leones de la retaguardia de ellos tenían el mismo tamaño que ellos, pero este era diferente.

E incluso el grifo imperial del general del imperio, Walo Feig, tenía los músculos tensos, pero él quien tenia menos de treinta años, con pelo y barba del color del carbón y ojos del color del cielo miraban los ojos marrones del joven enfrente de él, ni siquiera parpadeo u observo sus armas o armaduras, parecían fijos a sus ojos celestes. Aunque era algo curioso no dejaba de ser un niño al mando de todo un pueblo en comparación del imperio.

"bienvenidos, señor Arkon de Grecia, rey Belegar del clan Angrund a Altdorf, la capital del imperio del emperador Karl Franz. Soy Walo Feig, general del imperio y comandante del ejercito exterior de Altdorf. El emperador Karl Franz le preparó una residencia a cada uno con el suficiente espacio incluso para su guardia personal rey Belegar.

En cuanto usted, señor Arkon, al tener mucho menos hombres se le dará una residencia mas cercana a la villa del emperador. Y debido a sus bestias se necesitará cuanto alimento se les dar a estos para que no sufran hambre. ¿tiene alguna pregunta mis señores?" dijo el general del imperio quien hablaba con orgullo y arrogancia, haciendo hincapié a señor cuando se dirigía a Arkon, algo que le molesto un poco, pero tenía sentido cuando lo pensó.

'solo soy otra facción para ellos, cuando reconozcan a Grecia como un estado soberano, se dirijan a mí con mi posición pertinente' se dijo a si mismo mientras veía los ojos celestes del general que debe ser talentoso debido a su edad.

"¿mis hombres tendrán una residencia militar o dormirán en las carpas?" pregunto Arkon, algo que Walo lo tomó por sorpresa debido a la tonada de la voz del joven, que a pesar de tener quince y estar enfrente de un enorme ejercito no titubeo e incluso estaba muy calmada y firme.

"sus hombres dormirán en carpas, las residencias militares solo son para los soldados del imperio señor Arkon, si lo necesita tendrá que pedir más." Dijo Walo con extrañeza y confusión debido a tal petición, e incluso con lo poco que se ve su ojos y rostro notó un ceño fruncido y una leve negación como si estuviera decepcionado.

"¿hay algún problema señor Arkon?" pregunto un poco enojado pero su grifo abrió las alas alejándose del joven, debido a que el león mostro sus fauces y gruño ruidosamente asustando el grifo, en un instante calmo a su montura, pero el rey enano fue quien habló. "comienza respetar tu lugar mocoso con piel de bebe, estas hablando ante un rey y un gran aliado del clan Angrund, y yo no toleraré mas faltas de respeto viniendo de un simple general quien apenas sabe manejar una espada y su patético grifo cobarde que se asusta por un gruñido." Dijo Belegar con severidad.

Pero antes de que pudiera responder, el rey lo miro fijamente mientras reposaba su mano a su hacha. El general del imperio solo apretó la mandíbula y les pidió que lo sigan, tanto el enano como el joven ordenaron a sus hombres a que los siguieran, en menos de dos minutos una alargada fila de hombre y enanos volvieron a la formación india pareciendo diminutos ante las altas murallas blancas de Altdorf.

El carruaje templo de Arkon era llevado por cuatro leones de nemea quien arriba estaban sus jinetes. Pero su vista estaba en el frente, como si estuvieran ignorando a su alrededor, pero era totalmente lo contrario, su entrenamiento más básico era entrenar la vista en ciento ochenta grados, e incluso pueden divisar una espada por las rendijas de sus ojos y desviar el ataque, sin hablar que tras años podían ver, recordar y decir que prendas utilizaban las personas que lo rodean o que estaba haciendo un carpintero sin observar detenidamente.

Todos ellos con vista al frente observaban cientos de edificios que eran ocupados, por hombre, elfos, enanos y medianos quienes los miraban con atención y curiosidad. Armaduras doradas, armas doradas y mágicas, ballestas del tamaño de un mediano, bestias impresionantes, un carruaje dorado, las complexiones de estos hombres o la sensualidad natural de la mujer con bastón y gema verde en la punta.

Sin embargo, su mirada estaba fija al hombre quien portaba una armadura extrañada para todos de color blanco y metálico, una pequeña capa que apenas llegaba a los tobillos de color blanco y una cresta dura pero alargada en la zona de la nuca que se mecía por la brisa o el movimiento del mismo color que la armadura.

Él montaba un enorme león dorado que empequeñecía a los grifos imperiales en presencia y tamaño debido a la mirada que tenia o por la enorme melena que tiene la cual tenia un color oscuro a comparación que, del resto de su pelaje, aunque tenia su boca cerrada y unos ojos calmados de color dorado, nadie quería hacerlo enojar debido a que por algo él es mas grande que el resto de los leones que estaban detrás suyo.

Pasaron por cientos de casas, tabernas, posadas, puestos de mercados de diferentes tipos como armas y armaduras o lugares de tasación de joyería o antigüedades, por donde pasaban las miradas los seguían hasta que desaparecieron con la distancia y pronto llegaron a la residencia en donde estarán los enanos del clan Angrund, Belegar solo asintió a Arkon y este le devolvió el gesto mientras seguía con el general del imperio.

Paso a paso, las calles mejoraban, no solo en calidad de infraestructura sino también en su gente, mejores prendas, las relucientes joyas con guardia personal, una postura que intentaban igualar a los nobles, miradas arrogantes dando miradas de rebajar a aquellos que no tuvieron el privilegio de nacer en Altdorf como ellos.

Y los hombres de Grecia no podían envidiar algo que ya tienen, ellos mismos e incluso en la muerte darían sustento a sus familiares las cuales llegarían a tener mas de cuatro hijos y cinco caballos y un pequeño huerto a su nombre, si para Altdorf la magnificencia de los objetos materiales es lo mejor, proveer a tu familia desinteresadamente era lo mismo para estos hombres.

Lo único que tienen en común es luchar hasta la muerte por su emperador y rey hasta la última gota de su sangre.

Las casas o el rejunte de ellas se volvieron escasas y las residencias con patios delanteros e interiores se volvieron más frecuentes y más grandes, e incluso el numero de patrullas aumentaron en presencia y calidad al igual que los materiales de construcción, las personas de estas residencias iban de altos elfos que se alejaron de ulthuan por el exilio o se alejaron de la monotonía elfa que vieron durante cientos e incluso más de mil años.

Los enanos de Altdorf de aquí no eran los mas grande guerreros pero eran grandes comerciantes o políticos, los humanos de aquí eran nobles de los mas bajos como los barones o caballeros hasta los mas altos como los duques o marqueses, solo el titulo nobiliario como conde elector es la excepción a esta regla debido la historia de sus familias o que llegaron a través de política, fuego y guerra dentro y fuera del imperio para llegar ahí como el gran duque de Talabecland, Helmut Feuerbach, el conde elector quien esta siendo todo lo posible en su poder para recuperar las tierras de esta provincia con la ayuda del emperador y los aliados.

Estos títulos no eran solo a los hombres sino también para los elfos y enanos que demostraron una gran lealtad al imperio, pero solo muy pocos lograron un titulo donde los mas comunes eran los caballeros y el único que tiene un titulo poderoso pertenecía a un elfo llamado Genen el pacífico, quien con paciencia, dinero y política llego a ser un Marques, algo que muchos hombres del imperio dejo disgustado, pero esto era solo uno de los tantos movimientos del emperador en política.

Pronto llegaron a la residencia donde se hospedarían los hombres de Grecia, era una hermosa casa de invitados de dos pisos con el estilo del imperio con grifos y martillos, colores rojos en los techos o en la decoración, grandes ventanales curvos en la parte superior, en otras palabras, era una residencia gótica donde la parte exterior del edificio era de colores oscuros con detalles en las esculturas, pero por dentro donde había demasiada luz natural adentro.

Solo el general del imperio paso junto a su grifo mientras que el resto del personal se quedaba afuera, afuera de la mansión había una docena de sirvientes tanto hombres como mujeres, vestidos con prendas suaves y finas de colores como el rojo, negro y dorado, los colores de la heráldica de Reikland em vez del imperio que es rojo y blanco.

"estos serán sus sirvientes hasta que se vaya señor Arkon, si necesita algo solo tiene que pedirle al jefe de sirvientes, sea suministros como alimento o carpas, e incluso libros de aquí. Mientras tanto, si quiere salir de la residencia de invitados tendrá que avisarle al jefe de sirvientes de la casa, para que poco después algunos hombres del imperio vengan a acompañarlo como invitado del imperio mostrándoles lugares turísticos de Altdorf." Dijo Walo con orgullo y severidad, algo que Arkon escucho con cuidado quien solo asintió mientras lo miraba fijo.

El general del imperio apretó los dientes debido a que este joven ni siquiera le respondía verbalmente, lo cual lo molesto mas debido a que ni siquiera en el camino preguntó nada del imperio o del propio Altdorf, como si no le importara, lo cual solo lo saludo debido a la etiqueta noble de su familia para marcharse poco después.

"por lo que veo, creo que se convertirá en un amigo personal tuyo Arkon." Dijo Aquiles con sarcasmo mientras sonreía bajo su casco, su mejor amigo solo resoplo divertido a la vez que bajaba de Rexes y se ponía enfrente de los sirvientes que eran doce, divididos entre hombres y mujeres quienes tenían sonrisas.

"me presento ante ustedes sirvientes del imperio, soy Arkon hijo de Tántalo, rey de Grecia y estos son mis hombres." Dijo el joven rey quien miraba los ojos de diferentes colores de los hombres y mujeres quienes bajaban la cabeza con respeto a modo de saludo. El jefe de sirvientes llamado Félix, proveniente de bretonnia que hace mucho tiempo se alejo de su hogar y se convirtió en el jefe de sirvientes de los distintos invitados del imperio.

"saludos, mi señor Arkon, soy Félix el jefe de sirvientes de esta residencia de invitados, si hay algo que necesite sea alimentos, vestimentas, información, libros, servicios a su cama o carpas para sus hombres no se desanime, yo lo cumpliré al pie de la letra mi señor." Dijo con tono firme pero amable.

"¿Cuántas habitaciones hay en esta casa?" pregunto Arkon mientras se sacaba el casco espartano sorprendiendo a todos los sirvientes debido a lo joven que era y lo blanco de su piel con ojos marrones y pelo castaño corto y mirándolo mas de cerca su complexión parecía atlética pero su mirada pareciera de un guerrero experimentado en vez de un joven que tomó su puesto a través de simple herencia.

"posee cinco habitaciones de grandes dimensiones y diversas comodidades tanto para hombre como mujeres con baños personales en cada una, un comedor que puede incluso caber su… amigo felino sin problemas." Respondió a la vez que hacía medidas mentales sobre la dimensión de Rexes.

"además de tener chefs de gran calidad o reputación trabajando en la cocina donde se prepara comidas típicas del imperio y sus provincias, también de enanos, altos elfos, de Kislev e inclusive el gran Cathay. Un patio interior de hermosas flores y rosas de diferentes colores." Seguía informando Félix mientras guiaba a Arkon y a sus cuatro héroes griegos dentro de la mansión gótica.

Por dentro estaba hecho de forma fina y elegante con mucha luz entrando haciendo que haya muy pocas luces encastradas en las paredes o candelabros en los pasillos o sea cual fuere el lugar, durante el camino se vieron numerosos cuadros de quienes antiguamente habitaron la mansión o sus invitados más ilustres o hazañas hechos por hombres o mujeres del imperio o incluso unas representaciones de batallas legendarias como la guerra de las barbas, la guerra de la Secesión o la mas grande de todas las guerras.

Algo que Arkon se quedo parado mirando fijamente con seriedad, la gran guerra contra las huestes del caos, altos elfos, hombres lagartos, el imperio y bretonnia, los elfos silvanos, enanos, Kislev, gran Cathay e incluso Grecia contra los hombres de Norsca, los campeones de los cuatro dioses del caos, los enanos del caos, los hombres bestias y los skavens.

Otras facciones ni siquiera habían aparecido como los condes vampiros, los reyes funerarios, pieles verdes, la costa del vampiro y los reinos ogros, pero en la primera línea de todos reconoció a alguien a simple vista, era Víctor Securis en su versión humana, su nombre y apellido le hacia honor, su estatura, sus armas, su armadura.

"¿ocurre algo mi señor Arkon?" preguntó Félix quien notó que Arkon paso varios minutos contemplando la obra que para él era solo una simple pintura imaginativa de un simple pintor élfico que regalo para al imperio además de que no era la única que hizo del mismo estilo.

"no pasa nada. Quiero al menos una vaca entera para mi león de preferencia de que este recién degollada este día, quiero al menos mas una docena de carpas mas de al menos veinte personas para mis hombres, además de comida abundante para mis pegasos y leones." Ordenó Arkon al jefe de sirvientes quien solo asintió.

"mientras tanto los guiare a sus respectivas habitaciones mis señores y mi señora." Dijo Félix quien la primera habitación era de Arkon, él solo entró y cerró la puerta.

Lo único que vio fue una enorme cama de hermosas frazadas con dibujos intrincados y en el centro un detallado grifo imperial, con almohadas blancas hechas de seda blanca, al otro lado de la habitación había un escritorio con una lampara con una vela adentro, a un lado había un tintero y una pluma, además de tener cajones en la parte inferior del escritorio, al revisarlos notó que había hojas de papel o de piel de animal, junto con mas tinta junto con pasta roja para poner un sello.

Poco después comenzó a explorar la habitación de arriba abajo y todo rincón, e incluso el baño era sofisticado, pero le faltaba tamaño, pulido, grabado o agua que se limpia sola con los acueductos, faltaba el mármol, el agua transparente, las esculturas de los leones que expulsaban agua por la boca la cual estaba rugiendo y su amigo león.

Y cuando salió del baño, se dio cuenta que Rexes en algún momento había entrado a la habitación al menos ocupando un cuarto de la habitación, su cabeza estaba tocando el suelo y sus dos patas las puso al lado de su hocico mientras lo observaba siguiéndolo con los ojos de forma aburrida.

"¿no te sientes cómodo?" pregunto mientras resoplaba divertido, pero al instante después comenzó a fruncir el ceño al ver que iba a hacer Rexes, el león se acomodo y levantando a su cabeza y comenzó a rugir, una forma de responder las burlas de su jinete, su rugido comenzó incluso a hacer temblar las ventanas, el rugido de un león era fuerte y creaba una sensación en el pecho.

En el caso de un león de nemea, que era al menos el doble del tamaño de un león común era aterrador que incluso mareaba a los hombres que nunca vieron de cerca a semejante bestias, pero en el caso del rey de los leones de nemea era muy diferente, debido a la alimentación y cuidado personal de Arkon o los veterinarios de Grecia, su estatura a la cruz ya le sacaba un poco de altura a Philitos quien media dos metros completos.

Ni hablar de su rugido, que ya comenzaron a romper los vidrios, que daban al patio delantero quienes los hombres lo vieron como su rey los miraba con ojos muertos debido al capricho de su león, los leones por su parte solo se agacharon de forma mansa ignorando el abierto desafío de Rexes sobre ser el rey de los leones de nemea.

Los leones comunes se podían a escuchar al menos cuando rugen a unos ocho kilómetros, los leones de nemea comunes alcanzaban un rango de al menos unos veinte kilómetros, los mas fuertes a los cincuenta kilómetros, pero Rexes doblaba la apuesta con cien kilómetros llanos haciendo que aquellos que nunca conocieron a Rexes se desmayen directamente debido a que sentían un golpe directo al pecho mientras sus oídos sangran.

En otras palabras, debido a la pregunta burlona de Arkon, su león causo problemas en el área debido a que Rexes comenzó a asustar a los ciudadanos de Altdorf que incluso llego al palacio imperial donde cientos de hombres comenzaron a buscar la familia del emperador para protegerla, incluso los invitados del imperio se sintieron conmocionados por el rugido solo el clan Angrund se acostumbró al rugido de Rexes.

Los hombres de Arkon sin embargo se formaron rápidamente debido al bullicio que hay afuera de los muros de la residencia, un muro de escudos dorados comenzó a formarse en segundos mientras que ponían sus manos en sus espadas para sacarlas en cualquier momento, los héroes de Grecia salieron rápidamente de la residencia.

Las puertas de la residencia se abrieron de golpe seguidos de caballeros de la guardia real de Reikland quienes estaban a cargo de defender la ciudad de invasiones interiores, de bridas plateadas en sus caballos y armaduras doradas para el jinete con plumas rojas y doradas con ataque y defensas mágicos.

Y del cielo cayo el general del imperio quien guio a Arkon, Walo. Quien subió la mascara de hierro de su casco y tenía una expresión enojada y severa. "¡¿Qué es esto?! ¡¿no puedes controlar a tu bestia y el Altdorf debe pagar el precio?! ¡controla a tu maldita bestia estúpido mocoso!" pero eso provocó la reacción de los hombres de Arkon.

Los mirmidones desenvainaron sus espadas doradas, los gastrafitas sacaron sus rifles de repetición hechos por los enanos del clan Angrund y los hetairoi se subieron a los leones de nemea, ni siquiera los hombres nombrados por el rey podían insultarlo entre grupos de amigos, porque cada uno de los militares de Grecia lo respetaban y se cortarían la garganta si es que su propio rey lo dice.

El rey Arkon perdió todo en la vida, pero a los ciudadanos les entregó todo lo que podía darse, algo que ni siquiera en la muerte se pudiera pagar e incluso había rumores de que los hombres mas leales se convirtieron en sombras para protegerlo de los ataques de la oscuridad o defendiendo las ciudades cuando todos dormían.

"¡¿Qué significa esto muchacho?! ¡¿quieres ser enemigo del imperio dentro de la capital?!" pero sus gritos fueron cesados cuando Rexes rugió con furia y desafío asustando a los caballos y al grifo imperial haciendo que se levanté en sus patas traseras y mostraba sus alas emplumadas como diciendo que era más grande que él.

"¿Quién eres tu para hablar en el nombre del imperio? Yo mismo fui invitado personalmente por el propio emperador Karl Franz, respeta tu puesto a la de un simple general del imperio, no muestres arrogancia debido a tu edad y tus logros, a mí no me ningunea nadie y yo no me pavoneo de que soy rey a cada ciudadano del imperio que me encuentro. Estoy dejando pasar cada mirada que me haces, pero no te atrevas insultarme diciendo que me convertiré en el enemigo del imperio cuando este fue quien me invito." Dijo con severidad Arkon quien estaba subido a Rexes.

"¡maldito mocoso! ¡deberías haberte quedado en tus tierras bárbaras!" y al decir esto el rostro de Arkon se agrio y saco su lanza la cual estaba en el costado de Rexes y los hombres de Arkon comenzaron a avanzar, pero del cielo se escucho un relinchar y una voz profunda.

"¡ya basta!" dijo el hombre quien estaba arriba de un pegaso con barda de los colores del imperio, y la persona que intervino no era otro que el propio Balthasar Gelt, el maestro de la orden dorada y patriarca supremo de los colegios de magia del imperio.

Arkon solo lo miro fijo mientras aun mantenía su lanza en su mano, pero la expresión de Walo era diferente, rápidamente hizo un gesto de saludo no por el simple de hecho de que el hombre enfrente de él sea el mayor consejero del emperador, sino que su familia era prominente y la familia de Walo pensaba casarlo con algunas de las mujeres solteras de la familia Gelt, pero primero tenía que convencer al propio líder de la familia que es Balthasar.

"¿Qué esta sucediendo aquí, general?" preguntó el mago dorado al general del imperio quien finalmente pudo responder. "la bestia del invitado proveniente de Grecia comenzó una conmoción a toda la ciudad de Altdorf mi señor Balthasar, cuando quise buscar explicaciones nos esperaban espadas y escudos, sino que también faltaron el respeto al imperio y al emperador." Respondió y resumió el hombre.

Nadie podía decir que expresión tenia Balthasar Gelt debido a la mascara dorada con forma del sol debido a las pues que se extendían al cielo las cuales eran cinco y eran muy afiladas, él volteo la cabeza y al fin conoció al rey de Grecia, el cual escucho muchos rumores de él, de su linaje, su comportamiento y aspecto con toda la información que le dieron los hombres de los príncipes fronterizos y sus comerciantes.

"me presento ante usted, Arkon, hijo de Tántalo, rey de las tierras de Grecia, su reputación le precede, nadie de aquí esperaba un rey a tan tierna edad, pero no escuche nada mas que elogios sobre usted tanto de su gente como la del imperio. Soy Balthasar Gelt, señor de la familia Gelt, señor de la orden dorada y patriarca supremo de las escuelas de magia del imperio." Dijo Balthasar con respeto y accesible, Arkon por su parte solo asintió con la cabeza mientras se golpeaba el pecho con fuerza y abría la mano su dirección.

"lo conozco señor Balthasar, incluso antes de llegar a Altdorf todos decían que la campaña para recuperar las tierras asediadas por los condes vampiros era solo cuestión de un solo día de recuperar toda una provincia por si solo, e incluso Grecia lo conoce con la información que compartieron los comerciantes de los príncipes fronterizos en las tierras de argos, si algún día quiere visitar nuestras tierras solo debe avisarnos para prepararle una residencia que le igualé su estatus." Dijo Arkon con respeto e incluso un dejo de admiración.

"supongo que su león es el causante de la conmoción dentro de la capital ¿se puede saber que puso nervioso a su compañero de combate?" decía mientras avanzaba y con la orden de Arkon, todos envainaron sus armas y le dejaban pasar al pegaso de Balthasar, pero aun mantenían la línea contra la guardia real y el grifo imperial.

"estamos en territorios desconocidos, Rexes olio a un posible oponente que puede dañar su reputación como líder de la manada de leones de nemea, lo cual para no parecer débil comenzó a rugir y demostrar que con gusto aceptaría un desafío para sacarlo de su trono como rey de los leones." Mintió descaradamente Arkon, pero su expresión no cambio.

"eso explica mucho, supondré que nadie quiso desafiar debido a que no pareció nadie ¿esto puede volver a suceder?" preguntó mirando el rostro de Arkon quien se bajó y Balthasar fue más de lo mismo. "No. Nadie vino así que se quedará callado durante nuestra estadía en la capital." Dijo Arkon con seguridad, pero vio al hombre dirigir su mirada a su carruaje templo.

"que magnifico carruaje rey Arkon, hubo mucho esmero y esfuerzo, fue mas que simple trabajo comandado, solo se le puede decir que fue un regalo ¿no es así?" algo que Arkon solo asintió, pero el tema de conversación cambio. "¿lo que dice el general del ejercito exterior es verdad, rey Arkon?"

"¿Por qué querría luchar con el imperio cuando vine a hacer negociaciones con él y sus aliados? ¿Por qué preparar una reunión si solo vine a pelear? Pero creo que es el propio general del imperio quien tiene prejuicios sobre mi y mis tierras Bárbaras." Dijo con énfasis la palabra bárbara, el mago dorado solo se quedó callado ante esto.

"se suponía que no vendría en tales eventos rey Arkon, pero esperaba venir esta tarde para darle información y decirle que pensó bien en venir con días de antelación debido a que hoy llegaron los últimos aliados del imperio quienes son Kislev y el gran Cathay, mañana poco después del amanecer se hará la reunión, aproveche su tiempo para desayunar, pero solo lleve consigo a sus mejores hombres y si no le es inconveniente dejé a su compañero de batalla aquí." Dijo Balthasar Gelt.

"por otro lado, usted general del imperio, se presentará ante mi en mis aposentos personales para charlar lo que sucedió aquí. Fue un gusto conocerlo rey Arkon." Dijo Balthasar quien le dio un apretón de manos fuerte.

"¡todos vuelvan a sus posiciones! El evento terminó." Ordeno el mago dorado quien se subió a su pegaso y rápidamente surco los cielos. Pero el hombre quiso comentar algo, pero el gruñido de Rexes lo hizo callar haciendo que resople enojado mientras iba la misma dirección que el mago dorado.

"para ustedes es mas de lo mismo, vayan a descansar y a comer algo, vigiles de cerca a los leones y pegasos ya que son exóticos y diferentes en estas tierras, lo cual algunos valientes querrán llevárselos." Dijo Arkon y los soldados golpearon sus plexos solares con fuerza para decir que escucharon con atención.

"la próxima vez solo ataca alguien." Susurró Arkon a Rexes quien solo meneo su melena oscura de color dorado, los dos fueron a la habitación arreglada la cual tenia los vidrios con grietas, pero hacía falta mucha fuerza del viento para romperlos completamente, Arkon tenia su mochila de cuero simple la cual tenia sus dibujos que estaba haciendo durante el trayecto del recorrido, sean heráldicas, ciudades, personas de las diferentes provincias o culturas de las mismas, animales u otras razas, pero su puerta fue tocada.

El sonar de su puerta le resultaba conocido debido que solo una persona hacia ese patrón de golpear, con su permiso concedido ella entró, pero él ni siquiera se dio vuelta, Circe vio el perfil del hombre enfrente de ella y numerosos eventos aparecieron en un instante y tarde o temprano tendrían que hablarlo.

"¿sucede algo Circe?" preguntó con monotonía y concentrado en el dibujo que estaba haciendo de un caballero real de Reikland.

"¿hasta cuanto seguiremos así Arkon? ¿hasta qué te ruegue el perdón?" preguntó ella con el ceño fruncido debido a que en ningún momento le dirigió la palabra durante el recorrido hasta aquí. "¿en algún momento circe, en tu larga vida, te has hecho cargo de las consecuencias de tus actos?" respondió con una pregunta.

"claro que si Arkon, cada decisión, cada pensamiento que tuve, cada acción que hice se hizo pensando en las consecuencias a futuro" dijo ella con seguridad, pero solo lo escucho suspirar. "ese es el problema de los seres que tienen una larga vida circe, comienzan a contradecirse tarde o temprano. Puede que para ti sea un simple acto que se olvidara por el rio del tiempo, pero yo siempre lo tendré en mente, pensé que al menos éramos amigos circe, pero lo ocultaste y lo hiciste a mis espaldas." Dijo mientras detenía su mano de su lápiz hecho de un pedazo de carbón.

"¿Por qué es tan importante Arkon? ¿por tu posición, por cómo te dejaría mal posicionado, por los rumores? ¿simplemente por qué?" preguntó ella confundida mientras se sentaba en la cama el cual solo podía mirar la espalda de Arkon.

"tu propia pregunta es la respuesta, soy un rey Circe, incluso si le doy un nombre al pájaro más difícil de mirar todos crearán expectativas sobre él que de algún modo recaerán en mí, todo lo que hago o digo tendrá repercusión, desde quien me gusta o hasta el simple de hecho de dormir una siesta. Tu estas libre de esa carga y me di cuenta tarde de que debería dejarte disfrutarla, al igual que el resto de los héroes de Grecia, pueden simplemente venir y decirme que ya no quieren gobernar su ciudad y yo ya tendré a alguien listo para reemplazarlo en el mismo día.

Tu tiene una realidad enfrente de ti y yo soy igual, mi realidad es velar por ustedes hasta el día que me muera y esa carga se transmitirá a mis hijos, y a los hijos de sus hijos hasta que Grecia perdure o sea solo otra civilización para la historia de este planeta." Dijo Arkon quien mantenía el lápiz en su mano, pero miraba fijamente un punto a la mesa como queriendo concentrarse en lo que dice.

Circe solo se quedo callada, durante sus mas de setecientos años que tenia Arkon fue el primero al ser tan comprometido con su carga, nunca conoció a su padre, pero gracias a Aquiles podían entender de porque había tanta expectativa en Arkon, Tántalo era un simple bueno para nada que solo seguía al descontrol por el alcohol o mujeres, pero su madre era diferente.

Eurídice según Aquiles era la mujer mas hermosa que pudo tener Eunomia nova nadie se fue capaz de responder como llegó a casarse con Tántalo y darle al mas perfecto de todos los niños en su momento, piel blanca, ojos verdes, una larga cabellera que tenia el mismo color de pelo que Arkon, todos en ese momento pensaron que el niño era un milagro porque por años intentaron tener uno e incluso cuando su padre se acostaba con docenas de mujeres ninguna había parido o inclusive a tener un aborto espontaneo.

Desde entonces Tántalo se recluyo en su recamara y dentro de ella se escuchaba gritos y gemidos de llantos, poco después de que Arkon cayera en coma una epidemia surgió de la nada matándolos a los dos, muy pocos se enfermaron, pero ninguno de ellos pudo sobrevivir por más de dos días inclusive Eurídice.

Los dos quedaron en silencio durante algún tiempo, pero Circe volvió hablar.

"entonces ¿Cuándo podremos hablar normalmente?" preguntó ella preocupada. "me tomare el tiempo necesario para perdonarte Circe, no importa si haces las hazañas mas grandes o me salvas la vida, solo yo tomaré la decisión y nadie me obligara a perdonarte por lo que hiciste con solo una charla emotiva." Dijo Arkon con firmeza, Circe quería responder, pero solo suspiro para poco después retirarse.

Antes de que pudiera concentrarse en su dibujo, su puerta fue llamada pero esta vez era alguien diferente porque Rexes levantó la cabeza mirando fijo a la puerta de madera oscura pesada, al recibir su permiso el quien entró fue Félix, el jefe de sirvientes de esta casa. "mi señor Arkon, las tareas que pidió fueron completadas además le pregunto a usted ¿desea comer en la habitación o en el comedor?" preguntó él con cuidado y atento al león gigante quien lo miraba.

"comeré aquí pero antes sacaré a Rexes a comer afuera ya que no quiero impregnar el olor a sangre dentro de la residencia." Dijo Arkon mientras se levantaba y dejaba su casco en la mesa y dejaba descubierto su rostro. Pronto los tres fueron afuera donde los leones estaban comiendo sus propias comidas y era mas de lo mismo para los pegasos, los hombres estaban comiendo lo que todavía había en los carros de suministros, pero se les proporciono la leña para cocinar.

Al dejar a Rexes comer tranquilo, él fue mas de lo mismo en su habitación, cuando notó que se acercaba la noche pensó en abrir las ventanas, pero el estado que tenían no parecía ser una opción, se saco su armadura pieza por pieza y dejo su espada debajo de su almohada para poder defenderse, cuando se tapó con las mantas de gran calidad y un peso reconfortante cerró los ojos.

Pero pareciera que su descanso no parecía llegar, daba vueltas en la cama y con un suspiro frustrado se levantó e incluso notó que ni siquiera habia llegado a ser medianoche, volviéndose a poner la armadura y colocando su espada en su cintura salió de su habitación para ir a charlar con Aquiles, pero cuando estaba a punto de tocar solo escucho gemidos de la mujer que conquisto y que seguramente era una de las seis sirvientas.

Le dijo varios insultos murmurando al ser muy promiscuo y solo se fue afuera donde se sentía un poco fresco, varios hombres lo notaron, pero fueron detenidos por Arkon cuando quisieron levantarse, él solo asintió y ellos hicieron mas de lo mismo, al ver el carruaje templo simplemente entró en el y fua a las habitaciones donde se había acostumbrado a dormir, agarró otras mantas para abrigarse y finalmente entró en el mundo de los sueños.

Sin embargo, esta situación fue vista por personas ajenas a ellos, al otro lado de la calle el cual era muy ancho capaz de entrar ocho carros uno al lado del otro, había otra residencia donde reinaba la paz, era increíblemente silenciosa pero una habitación a pesar de estar a oscuras miraba con curiosidad al otro lado el cual veía con lujo de detalles debido a su raza.

Serra la silenciosa, la princesa elfa que gobierna Cothique y fue una de las primeras en llegar debido a que Bretonnia estaba literalmente al lado del imperio, sus deberes como gobernantes se volvieron mínimos debido a que su capacidad en el combate tanto del mar como en la tierra eran eficientes y rápidos sean contra los elfos oscuros o contra los hombres del norte como Norsca.

Ella estaba sentada apoyando su cabeza a su rodilla mientras que sus brazos hacían de almohada, a pasado mucho tiempo que no visitaba el viejo mundo debido a que siempre enviaba un elfo o elfa de confianza para hacer arreglos aquí o en cualquier parte de este continente, y lo primero que vio fue una escena interesante y que en un punto se puso tensa debido al rugido del león que superaba en tamaño a los leones de Chrace, ellos de color blanco como la nieve y sabios pero estos eran de oro y belicosos.

E incluso la escena entre el general del imperio y el joven rey le pareció interesante, no hizo un esfuerzo para escuchar al primero pero el segundo hablaba con mucha tranquilidad haciendo que se concentre para escucharlo bien.

"hace mucho que no encontraba algo tan interesante para ver." Murmuró para sí mismo mientras veía todo con una sonrisa e incluso vio mago dorado del imperio quien era el mayor consejero del emperador según tenia entendido ella. Siguió los acontecimientos incluso cuando todo se calmo y vio como estos hombres de armaduras doradas se hacían de comer, y cuando pensaba acostarse notó que el joven había salido a mitad de la noche.

"mirándolo bien, hace mucho que no veo a alguien tan… de buen ver." Dijo casi como un susurro como si los elfos que la acompañaban no debían enterarse de sus pensamientos. Incluso bajo la luz de luna, el joven que veía era alguien con que deleitarse para enriquecer la vista del paisaje.

Cuando el destello del pensamiento de acercarse a él paso por su mente, noto que su cuerpo se quedó quieto por si solo y al instante supo porque, el león mas grande entre el resto la miraba fijamente no como presa o peligro sino una mirada fija sin emociones, sus ojos dorados parecían brillar. Ella solo suspiró cansada y finalmente volvió a la cama.

More Chapters