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Luego corrió como nunca antes, esquivando los árboles con agilidad y saltando entre las ramas. El león lo siguió, rasgando los árboles y despejando un camino. No quería mirar atrás; Fue realmente aterrador. Hasta que lograra llegar a la plaza de Lucifall, al menos habría más demonios, y podrían derrotar al león, pero seguramente le quitarían su preciosa esencia. Aunque ya había superado sus límites, huyendo sin parar, vio a Daemon y corrió con aún más fuerza. Era su instinto de supervivencia el que le decía que si quería vivir, tenía que arrojarse a los brazos de ese niño.
Pero estaba muy lejos. Se miró los pies, la gran sombra que lo cubría, miró hacia adelante, pero el niño ya no estaba. El susto le hizo rodar por el suelo. Allí lo vio: el león que lo había atormentado durante casi tres días yacía destrozado sobre un árbol caído, con el hocico destrozado. Sabía que el pequeño demonio era más fuerte que él, pero la facilidad con la que derrotó a ese león debe haber sido al menos un nivel 8 de clase alta.
Después de que Ereya permaneció en silencio durante unos segundos después de la reprimenda de Daemon, le contó todo lo que sucedió y fue honesta sobre sus razones. Ella le mostró sus polluelos y se los ofreció, sabiendo que ahora Daemon era su jefe directo y no podía ocultarle cosas, si decidía no matarla en un ataque de ira. En ese momento, sentía que su vida corría más peligro que cuando la perseguía el león.
Se arrodilló, besó los pies de Daemon y se disculpó innumerables veces. "Por favor, Daemon-sama, seré un buen alquimista. Trabajaré turnos dobles gratis; si eso no es suficiente, haré turnos triples. Soy realmente útil, Daemon-sama; Puedo transmitir fácilmente la esencia del león. Eso te hará aún más fuerte, señor Daemon. Además, tengo un amplio conocimiento de las bestias y los minerales, conozco muchas pociones y magia, y puedo hacer crecer las plantas: la herbología es una de mis especialidades. Trabajaré al máximo y dedicaré mi cuerpo y mi alma a ti, Maestro Daemon."
Daemon la miró perplejo por su arrebato; Realmente no planeaba castigarla, pero ver su miedo le hizo pensar que era mejor aprovecharse de él. "Muy bien, trabajarás para mí en cuerpo y alma. Harás los tres turnos que mencionabas, y usarás todos los conocimientos que poseas para mejorar mis tierras. De esa manera, expiarás tus errores y desobediencia —dijo Daemon con voz seria y mirada, como un juez pronunciando una sentencia—. Disfrutaba de la sensación de poder; En sus otras vidas, siempre tenía que estar por debajo de los demás, obedeciendo órdenes e inclinando la cabeza. Ahora los miró y dio los castigos él mismo: Demonio Pesadilla Lucifer.
"Muchas gracias por su benevolencia, mi estimado señor. Dame tus órdenes, y trabajaré de inmediato," dijo Ereya, inclinándose.
"Bueno, lo primero es ir a las praderas y ver la capacidad de cultivo. Tu trabajo es asegurarte de que no tenga problemas para cultivarme, e incluso debes acelerar el tiempo de cultivo. Iremos a las grandes praderas, y tú le dirás a mis sirvientes lo que se necesita —dijo Daemon mientras caminaba elegantemente hacia sus subordinados—.
"Se hará, Maestro Daemon," dijo Ereya mientras lo alcanzaba. (Demonio POV) Pasó el tiempo, Ereya vagaba por todo el territorio de Lucifer, estaba en las praderas donde revisaba el suelo, lanzaba diferentes hechizos y solicitaba núcleos de algunos monstruos como faunos, sirenas, kelpies y ents en grandes cantidades, el núcleo de una dríade, el núcleo de un alseids y una parte del cuerpo de un Yacuruna combinado con hierbas espirituales. Tomó las medidas alquímicas, purificó las esencias en bruto y realizó un poderoso ritual en el que transformó las aguas de un lago gigantesco en agua que revitalizó la tierra demoníaca. Todavía teníamos que seguir haciendo pruebas; Aparentemente, el agua podía revitalizar plantas que estaban completamente marchitas a nuevas, pero un momento después se marchitarían de nuevo, dejando las semillas de la flor en mejor calidad. Rápidamente ordené la construcción de una bomba de agua y comenzaron a regar todas las praderas. En una sola noche, se llenaron de extrañas hierbas y flores con propiedades místicas: una mina de oro. Aun así, ordené la construcción de una torre de agua, una enorme instalación de almacenamiento y algunos techos que conectaran con el almacenamiento con mesas y asientos al lado de una casa modesta. Todo se hizo rápidamente. Les pedí que compraran las mejores semillas tanto de dentro como de fuera del territorio. Mandé crear un espacio gigantesco de 100 hectáreas por 100 hectáreas para plantarlos. Los demonios de la ciudad y de las aldeas cercanas vinieron a trabajar: había 2.500 demonios trabajando la tierra.
Even more would be needed for the harvest. Tiare was already managing to bring in demons from more distant villages. It took two weeks in total to start planting the seeds. Much more people began to arrive; everyone was busy while Ereya took care of a greenhouse where they planted some of the strange flowers and herbs that had sprouted earlier. Moreover, Daemon tasked her with passing on her knowledge of herbology. For her, it was a nuisance, except for taking care of the precious herbs. She was really excited about the water she created; she wanted to learn all its effects and results.
Three days later, they finished sowing the entire field. The irrigation system and a water pump were installed. One day passed, and in the field, small shoots were already growing from the hundreds of thousands of seeds. Another night passed; everyone was amazed as the shoots began to bear fresh vegetables and fruits. Ereya estimated they would be fully ripe in 17 hours. Knowing that, I ordered everything necessary to be prepared for harvesting the fruits and processing them. I also set up a laboratory for Lamia, who would investigate the properties of the fruits and vegetables watered with the special water and compare them with normal fruits and vegetables. I ordered the demons to position themselves to harvest the crops, selecting experienced farmers and some who were recommended. They were all accompanied by one demon responsible for bringing the harvested fruit to huge boxes that would take it to the storage facility, where it would be cleaned and sorted. All this logistics required a lot of personnel and especially a monumental sum of money. Daemon did not have this problem; his father was practically the king of hell. Everyone gave him discounts, even though he didn't need them. His wallet didn't even feel the expenses he incurred; it felt good to have the money to do whatever he wanted.
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