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Chapter 11 - Capítulo 11 Mu Xuanyin

Capítulo 11 Mu Xuanyin

 

Un mes después, salieron de la fortaleza de piedra hacia el

mundo exterior.

—Rompe el espacio en esa dirección —dijo Jasmine. Xión

asintió, atrapó a Jasmine antes de que regresara al arca primordial y la besó.

Ella correspondió y volvió al arca.

Xión no perdió tiempo y, rompiendo el espacio, voló en la

dirección señalada por Jasmine. Ella se metió en el arca porque usar su poder

divino a gran escala para viajar al reino de los dioses podría hacer que la

localizaran y descubrieran su planeta. Xión no quería que nadie los siguiera,

ya que nadie buscaba ni conocía su aura, por lo que sería él quien rompiera el

espacio y, una vez llegaran al reino divino, Jasmine podría continuar por su

cuenta.

Xión no tuvo problemas para moverse en el espacio vacío, y su

velocidad era superior a cualquier cultivador que hubiera alcanzado la

divinidad, ya que él no estaba en el reino del origen divino. Xión había

absorbido el Yin vital de Jasmine, quien era una cultivadora en el reino del

maestro divino, y había sido catapultado al reino del alma divina. Jasmine

también había experimentado un aumento máximo y ahora estaba en el pico del

rango 10, igualando a los emperadores dioses, y su cuerpo había sido fortalecido

por el cultivo dual con Xión. Xión supuso que ella no se había convertido en

una diosa porque las leyes de este universo estaban rotas, y había que ir más

allá del reino del comienzo absoluto para encontrar un lugar en el que pudiera

avanzar.

Ahora Xión se encontraba en el reino del alma divina, pero

este avance consumió todo su potencial acumulado y lo dejó al límite. Tendría

que retomar su entrenamiento físico para recuperarse, pero eso no le

preocupaba, ya que ahora estaría en el reino de los dioses y, si alguien le

diera una bestia divina de nivel rey, su cuerpo se fortalecería enormemente

tanto en el cultivo como en la fuerza física, recuperando su potencial en poco

tiempo. Sin duda, sufriría heridas, pero con el Gran Camino de Buda y su conocimiento

médico, sería suficiente para ignorar el daño. También se concentraría en

practicar habilidades elementales y las leyes del espacio, lo que haría que la

Espada Sentencia fuera más eficiente.

Una semana después, Xión percibió el cambio en la energía a

su alrededor, lo que indicaba que había llegado al reino divino, aunque no

tenía idea de dónde se encontraba. Estaba en medio de un espacio oscuro y no

había nada a su alrededor, así que sacó el arca profunda primordial y convocó a

Jasmine. Ella salió y le indicó la dirección hacia el reino de la Canción de

Nieve.

Otra semana transcurrió y Xión alcanzó su objetivo: un enorme

mundo que sería su hogar, pero ya no era tan doloroso como antes, solo era

cuestión de esperar.

Xión observó cómo Jasmine se alejaba a gran velocidad. Ella

ya se había despedido anteriormente y, apenas salió, activó la sombra rota del

dios de la estrella para desaparecer. Xión debía evitar utilizar cualquier

técnica que ella le había enseñado, no cometería los mismos errores que Yun

Che.

Xión ingresó al reino de la Canción de Nieve y de inmediato

se encontró con un cultivador del reino divino frente a él.

—Eres un cultivador de los reinos inferiores —dijo el hombre

cuyo cultivo no podía sentir. Era un hombre alto de dos metros con ropa que

realzaba sus brazos musculosos—. ¿Cómo es que estás en el reino del alma

divina? ¿De qué planeta vienes? —preguntó la estatua viviente.

—Vengo del planeta Cronos, que está a cinco años en esa

dirección —dijo Xión señalando una dirección al azar—. Encontré la dirección de

este planeta en unas ruinas y recursos que me permitieron avanzar al reino del

alma divina, pero ya los he agotado. He venido a este lugar para continuar

cultivando. Me gustaría ingresar a la Secta Divina del Fénix de Hielo y conocer

a su gobernante, el Rey de la Canción de Nieve —dijo Xión. El hombre frunció el

ceño y reflexionó mientras miraba en la dirección que señaló.

—Te refieres a nuestro rey como un hombre. Supongo que lo que

encontraste fue un legado muy antiguo, ya que el antiguo rey murió hace mucho

tiempo y ahora gobierna su hija, Mu Xuanyin —explicó el hombre y luego miró a Xión

de arriba abajo—. No es el momento de reclutar, pero tampoco falta mucho.

Puedes quedarte por los alrededores del lugar y esperar —dijo el hombre dando

media vuelta y guiando el camino.

Era evidente que el hombre no se había creído ni una palabra

de lo que Xión dijo y planeaba llevarlo para vigilarlo. Era probable que

informara a los jefes de la secta para que lo mantuvieran bajo vigilancia. Xión

estaba bien con eso, siempre y cuando no interfirieran en sus planes.

El hombre lo llevó frente a la Secta Fénix de Hielo, que

tenía un paisaje helado similar al de la Nube Congelada Asgard, y lo dejó fuera

de los terrenos de la secta, justo en la entrada que estaba cerrada. Más allá,

se extendía un país completo de territorio.

—Espera aquí hasta que comiencen a reclutar —dijo el hombre. Xión

asintió y sacó una tienda de su anillo espacial para colocarla, y frente a ella

puso un aviso. El hombre miró el aviso y parpadeó sorprendido.

El aviso decía: "Médico divino, cura todo tipo de males,

apertura de puntos profundos".

—¿Qué significa esto? —preguntó el hombre. Xión miró el aviso

y luego al hombre.

—Mayor, ¿tiene alguna dolencia que requiera atención o desea

abrir sus puntos profundos? —preguntó Xión con una sonrisa astuta. El hombre

dudó.

—¿Cuántos puntos profundos puedes abrir? ¿Y cuánto cobras?

—preguntó el hombre con cautela.

—100 kilogramos de cristal divino veteado púrpura por cada

punto profundo —dijo Xión con una sonrisa sincera. Al hombre le dio un tic en

el ojo. Un segundo después, lo aplastó con su presión.

—¿Mocoso, quieres estafarme? ¿Crees que no puedo ver tu edad?

Apenas eres un mocoso, no sé de dónde vienes ni quién te envió aquí, pero si

engañas a alguien y te matan, no es mi problema —reprendió el hombre y voló

alejándose con indignación.

"Eso era de esperar", pensó Xión. Aunque estuviera en el

reino divino, alcanzar el reino del alma divina a la edad de veinte años era

demasiado extraordinario, solo un súper genio podía lograrlo y ciertamente no

alguien que venía de los reinos inferiores. El hombre debió pensar que la energía

de los reinos inferiores que emanaba del cuerpo de Xión era un disfraz.

—Hermano mayor, no estoy mintiendo, te haré un descuento como

primer cliente: cincuenta kilos de cristal divino veteado púrpura —gritó Xión,

pero el hombre voló aún más rápido. Xión hizo una mueca y entró a su tienda

para meditar. No podía cultivar en un lugar expuesto como aquel.

Un día después, un anciano de barba blanca y cara enojada se

paró frente a su tienda mientras la nieve se arremolinaba a su alrededor. En

sus brazos tenía a un chico moribundo, al que solo le quedaba un aliento de

vida.

—¿Puedes curarlo? —preguntó con tono duro.

—Por supuesto. ¿Puedes pagar los gastos médicos? —preguntó Xión

con frialdad. El chico estaba impregnado de la energía del anciano, era

evidente que este fue quien lo atacó. Xión no sabía qué estaba pasando allí,

pero tampoco le importaba mucho.

—¿Cuánto pides? —preguntó el anciano.

—Cincuenta kilos de cristal divino veteado púrpura —dijo Xión—.

También puedes traerme el cadáver de un dragón del reino divino del rey, ya sea

de fuego o de hielo —agregó. El anciano apretó los dientes y colocó al chico en

el suelo frente a él.

—Cúralo —dijo el anciano, y Xión extendió la mano derecha

hacia él para exigir el pago.

—Si estás mintiendo, no me importa quién seas, te mataré

—dijo el anciano mientras le entregaba un anillo espacial. Xión lo revisó y

encontró cincuenta kilos de cristal divino veteado púrpura. Parpadeó y los

guardó en la perla del veneno del cielo, donde Honger despertó de su sueño y al

ver los cristales, sus ojos se iluminaron y se lanzó sobre ellos.

Xión se apresuró a revisar el estado del chico, que tendría

unos quince años y cuyo cuerpo había sido destrozado por una poderosa energía

divina. Sus hierbas medicinales del reino profundo no servían contra eso, así

que colocó las manos sobre el pecho del joven y comenzó a circular el Gran

Camino de Buda, utilizando su propia energía divina para contrarrestar la

energía destructiva presente y luego curar su estado físico, así como sus venas

profundas destrozadas. Esto era un trabajo que normalmente costaría cien

cristales, pero este era su primer cliente.

Una hora después, el chico se levantó mirando a su alrededor

después de que Xión terminara de curarlo y lo despertara. El anciano lo miró

con incredulidad.

—¿Abuelo? ¿Dónde estoy? —preguntó el chico.

—Xiao Chen —dijo el viejo abrazándolo con fuerza y derramando

lágrimas. El chico también pareció recordar algo y comenzó a llorar.

—Abuelo, por favor, perdóname. No quería hacerlo, solo quería

demostrarte que también podía entrenar como tú —dijo el chico. El anciano

tembló y luego apartó bruscamente al chico. Le dio dos bofetadas y cuando cayó

al suelo, lo golpeó a patadas mientras lo maldecía con gritos furiosos por su

desobediencia, que le había costado los ahorros de la familia.

Cuando el chico quedó inconsciente por la brutal paliza, el

anciano lo agarró de un pie y lo arrastró por la nieve, después de despedirse

con una reverencia muy respetuosa. El chico estaba todo morado y con la cara

tan hinchada como la de un cerdo, pero sus heridas eran superficiales y solo

pasaría una semana o dos de dolor. Xión parpadeó. Quizás no había ningún plan

oscuro, y solo se trataba de un anciano aferrándose a cualquier esperanza para

salvar a su nieto poco inteligente y que por poco se suicida.

Apenas el anciano se fue, apareció uno de los estudiantes de

la secta que había estado vigilando su tienda desde el día anterior. Su brazo

derecho estaba envuelto en vendas.

—¿Cuánto cobras por curarme? —preguntó, y Xión le indicó que

se acercara para tocar su mano. Su brazo había sido aplastado, pero eso era

solo un daño físico que ya se había curado. El verdadero problema era que las

venas profundas del brazo estaban destruidas, lo que significaba que su poder

como cultivador sería nulo en ese brazo. Sería lo mismo que si se lo cortaran,

ya que no le serviría de nada.

En este mundo de dioses y milagros, existían médicos capaces

de curar eso, pero eran excepcionales y conseguir sus servicios sería un

milagro para un cultivador del origen divino como este tipo. También existían

tesoros naturales o medicinas milagrosas, pero era lo mismo, imposible de

conseguir para un desdichado como él.

—Veinte cristales divinos vetados púrpuras —dijo Xión,

soltándole la mano. El joven asintió con solemnidad.

—Maestro, le daré cinco cristales divinos vetados púrpuras, y

yo, Hong Ming, le deberé un favor —aseguró el joven con tono justo.

—¡Lárgate! —reprendió Xión.

—No espere…

—Maestro, yo pagaré el resto —dijo una joven, apareciendo al

lado del paciente y ofreciéndose a pagar la factura. El joven la miró aturdido,

pero luego se le iluminaron los ojos. "Idiota, no celebres sin saber qué te

pedirá a cambio", pensó Xión, pero extendió la mano para cobrar su pago y luego

curó al tipo.

Apenas unos minutos después, había una gran fila de gente con

heridas graves, ya fueran pequeñas o grandes, solicitando tratamiento.

Después de medio día, Honger ya se había comido doscientos

kilos de cristal divino veteado púrpura y estaba tumbada boca arriba sin poder

comer más, pero había otra pila de quinientos kilos a su lado. La gente del

reino divino era rica…

Un aura majestuosa descendió y un joven de cabellos blancos

se plantó frente a él.

—Vamos, mi clan ha decidido aceptarte —sentenció.

—Siguiente —dijo Xión, ignorándolo por completo, cuando una

presión aterradora se cernió sobre él. Debía estar en el reino rey divino

porque era aplastante.

—Joven, deberías aceptar las oportunidades que se te dan

—dijo una voz anciana en su mente. Xión usó su alma del dios dragón para

resistir la presión.

—Anciano, entrégame dos mil cadáveres de bestias dragón del

reino maestro divino, diez mil cadáveres de bestias dragón del reino soberano

divino, diez mil millones de cristales divinos vetados púrpuras, un millón de

cristales de nueve soles y un millón de cristales bermellón, y me uniré a tu

clan. Si no tienes eso, deja de zumbar en mis oídos como una vulgar mosca. Ten

un poco de auto respeto —reprendió Xión en voz alta para que todos escucharan.

La multitud a su alrededor miró en todas direcciones, buscando a quien mencionó

Xión.

—Joven, eres muy arrogante…

—Por supuesto que soy arrogante, un dios emperador me

respalda. Solo necesito mencionar tu nombre y un día de estos morirás sin saber

qué te mató… —Xión hizo una mueca. Él estaba sentado en posición de loto frente

a su tienda, con el joven de cabello blanco al frente y una fila de gente

esperando tratamiento detrás.

El anciano que apareció sobre la multitud asombrando a todos

parecía ser alguien famoso. Xión pareció incómodo, luego colocó una sonrisa

amable y miró al anciano.

—Anciano, ¿cuál es su honorable nombre? ¿Y el de su clan?

—preguntó Xión con una sonrisa sincera.

El anciano y el joven desaparecieron como si fueran una

ilusión y nunca hubiesen estado allí. Xión parpadeó y miró a la multitud.

—Tratamiento gratis para quien me diga el nombre de ese

respetable anciano. Les aseguro que no podrá buscarlos para exigir venganza

—aseguró Xión. La gente que esperaba en la fila miró a todos lados excepto a

él. Xión hizo una mueca.

—Bueno, supongo que la próxima vez pediré el nombre antes de

decir algo más —dijo Xión con un suspiro abatido. No mentía en absoluto, de

hecho, un dios emperador lo respaldaba y era Jasmine.

—¡Siguiente! —dijo Xión de mala gana y la persona se acercó

para casi tocar el suelo con su cabeza.

Xión no detuvo el tratamiento ni de día ni de noche, pues no

tenía nada que hacer. Hacer circular el Gran Camino de Buda y reparar

meridianos, que eran las heridas más graves que trataba, no era mucho para él.

En cuanto a los pagos, estos estudiantes solo tenían

cristales y algunas espadas de bajo nivel, la mayoría en el reino divino del

origen y unas pocas en el reino divino del alma. Pero Honger solo había tenido

espadas del reino profundo soberano y estaba muy feliz con estas adquisiciones

con energía divina. En cuanto a los recursos de cultivo, eran lamentables,

todos en el reino divino del origen, pero como él era pobre y tenía una esposa

y una amante a las que mantener, los aceptó.

Una semana después, llegó el primer caso difícil, se trataba

de una anciana aquejada por un veneno insidioso que devoraba su cultivo. El

Gran Camino de Buda no servía para eliminar venenos demasiado severos, pero

este no era uno de ellos, y la anciana fue curada. Una hora después, se

presentó otro caso de envenenamiento similar, pero esta vez el veneno atacaba

las venas profundas, afectando a un anciano.

Xión frunció el ceño al darse cuenta de que en ambos casos el

envenenamiento había ocurrido un día antes.

Al siguiente día, aparecieron otro par de ancianos en un

estado mucho más grave, con un veneno que apenas les permitiría vivir unos

pocos días más. Xión solo podía hacer muecas, Mu Xuanyin era verdaderamente

despiadada. Mataba sin dudar y también era capaz de usar a las personas como

conejillos de indias para probar sus habilidades.

Al tercer día, llegó la prueba definitiva, ya que el Gran

Camino de Buda no serviría para curar este veneno de efecto no tan rápido.

Además, este veneno era inmune a la energía divina y al Gran Camino de Buda,

utilizándolos como fuente de alimentación. Sin duda, este veneno insidioso era

el que estaba afectando a Mu Bingyun, y esta era la prueba definitiva.

—Es un caso grave, y mi vida correrá algún riesgo si realizo

el tratamiento, así que serán necesarios dos cadáveres de bestia dragón del

reino divino del rey, dos espadas de rango rey y doscientos kilos de cristales

divinos vetados púrpuras —sentenció Xión.

Las pocas personas que esperaban, debido a que la gran oleada

de enfermos ya había menguado debido a los altos costes y a que las heridas

graves y sin remedio eran pocas o no tenían dinero para pagarle, miraron

sorprendidas a la anciana que pedía curación. A simple vista, ella no parecía

estar afectada por un mal tan siniestro, pero la anciana asintió y se marchó

diciendo que volvería en un rato más con el pago.

—Alto, eso no será necesario. Confío en usted. Siéntese para

que pueda tratarla —dijo Xión. La anciana y las personas que esperaban lo

miraron aturdidas, ya que él era conocido por tener un corazón oscuro y cobrar

precios escandalosos. No es que fuera caro, de hecho, su tratamiento no tenía

precio, pero el monto a pagar resultaba exorbitante. La anciana asintió.

—Anciana, este tratamiento es difícil y debe llevarse a cabo

lejos de miradas curiosas, pero solo dispongo de esta tienda. Si usted conoce

un lugar adecuado, por favor, guíeme —pidió Xión mientras recogía su tienda.

—Sígame, por favor —dijo la anciana.

—Clientes, esperen noticias mías —dijo Xión antes de seguir a

la anciana durante una hora, hasta ser capturado por un poder imposible de

resistir y aparecer en una sala del trono. Allí se encontraba una mujer

hermosa, de figura escultural y atractiva, vestida de verde como un hada, con

cabello blanco y azulado y piel pálida. Estaba sentada en un trono de jade,

acompañada por la anciana que se postró ante ella.

Xión se inclinó y colocó su mano sobre la mujer, activando la

Perla del Veneno Celestial para eliminar el veneno de su cuerpo. Acto seguido,

la anciana fue asesinada por Mu Xuanyin con un golpe suave que ella no sintió,

muriendo en paz.

—Xión, quiero que uses la Perla del Veneno Celestial para

curar a mi hermana —sentenció Mu Xuanyin. Xión no miró a la anciana muerta a su

lado, sino a Mu Xuanyin, y suspiró.

"No era necesario", pensó Xión. La Perla del Veneno Celestial

era solo un pequeño artefacto que Xión utilizaba porque sus células aún no

lograban asimilar por completo el cuerpo de Yun Che. No podía usar sus

habilidades para alterar la realidad y crear perlas del veneno del cielo con un

simple pensamiento.

Xión se inclinó y tocó el cuerpo de la anciana para sentir su

alma. Después de unos segundos, lo logró. Luego usaría el Rinnegan para traerla

de vuelta.

—Ella era consciente de lo que haría y aceptó esta misión. Su

familia y herederos serán bien recompensados —dijo Mu Xuanyin.

Xión sabía que esta anciana nunca tuvo elección, estaba

obligada a obedecer, morir y obtener alguna miserable recompensa para su

familia, o desobedecer y morir sin obtener nada. Xión sacudió la cabeza, no

tenía sentido discutir con esta mujer de corazón frío. A sus ojos, ella no

había hecho nada malo, pero Xión no estaba satisfecho y no sería amable.

—De acuerdo, curaré a tu hermana, pero el precio será que tú

y tu hermana se casen conmigo —dijo Xión.

Mu Xuanyin levantó un dedo y su brazo derecho se congeló,

experimentando un dolor que llegaba hasta su alma. Aunque los daños no eran

graves, esta era una técnica creada exclusivamente para la tortura. Esta mujer

títere era verdaderamente arrogante.

—Interesante, no temes a un dios emperador —dijo Xión,

ignorando el dolor que habría hecho gritar a cualquier otro cultivador, pero

que él había anulado por completo apenas lo sintió—. ¿Pero de qué te servirá

ser valiente y forzar mi mano si luego morirás a manos de mi protector y

seguramente tu hermana sufrirá un destino trágico que te obligarán a

presenciar? —preguntó Xión con curiosidad.

—Xión, no hay ningún…

—¿Dios emperador a tu lado? —preguntó una voz suave en la

sala—. ¿Protegiéndote? —agregó la voz. Mu Xuanyin se tensó y mostró una

expresión preocupada.

—¿Quién eres? —preguntó, y una rasgadura en el espacio reveló

a Jasmine, quien estaba junto a una chica que no parecía tener más de doce

años, con ojos como un cielo estrellado y un vestido de colores. La niña le

sonrió, mientras Jasmine miraba a Mu Xuanyin con frialdad y hacía un gesto

hacia el brazo de Xión, que se descongeló de inmediato gracias a una energía

fría.

—La diosa de la Estrella de la Matanza Celestial. Tú no eres

un dios emperador —dijo Mu Xuanyin, tensa.

—Para alguien que solo está en el maestro divino de rango 1,

eres bastante arrogante —dijo Jasmine con desprecio.

—¿Qué quieren de mí? —preguntó Mu Xuanyin.

Jasmine sonrió y extendió la mano, trayendo a Mu Bingyun,

quien se sorprendió al encontrarse en la sala del trono. El uso de las leyes

espaciales por parte de Jasmine fue impecable, no dejó ningún rastro, al menos

ninguno visible para Xión. Tal vez Mu Xuanyin sí lo notara, ya que las leyes

espaciales no eran la especialidad de Jasmine.

Mu Xuanyin estaba sorprendida, pero Mu Bingyun estaba atónita

mirando a todos. Luego miró el cadáver de la anciana y a su hermana, y

comprendió todo, lo que hizo que sus lágrimas comenzaran A caer. Mu Xuanyin

lucía incómoda e incluso avergonzada y culpable, a pesar de que Mu Bingyun no

dijera nada.

Mu Xuanyin se apresuró a retirar el cadáver de la anciana,

haciéndolo desaparecer en un anillo espacial. Xión miró a Mu Bingyun de arriba

abajo y luego asintió.

—¿Qué? —preguntó Jasmine con confusión.

—Las descripciones que se hacen de ella dicen que es un alma

pura y santa, sin mancha de impureza. Se la describe como una mujer hermosa que

no despertaría la lujuria de ningún hombre. Por eso me pregunto, si no soy un

hombre, ¿por qué a mí sí me provoca lujuria al verla? —explicó Xión con

sinceridad. Debido a esa descripción, él esperaba conocer a Mu Bingyun, pero su

supuesta aura de santidad solo despertaba la bestia profana en él.

—¡Demonio! —reprendió Jasmine con ira, mientras Mu Bingyun lo

miraba aturdida.

—Solo estaba explicando las cosas —se quejó Xión con tono

agraviado—. No es como si me le estuviera lanzando encima —añadió. Caizhi se rio.

—Cuñado, la hermana mayor está celosa —dijo Caizhi y recibió

un fuerte coscorrón de Jasmine. Ella gimió de dolor y fingió llorar.

—¡Demonio degenerado! He traído a mi hermana para que te

cases con ella y te quedes con su yin vital —sentenció Jasmine. Eso decía más

de ella que de él. Xión se preguntó cuál de estas mujeres era más despiadada.

—No quiero casarme con el cuñado, él será tu esposo —se quejó

Caizhi.

Xión hizo una mueca. Desde que vio a Caizhi allí, supo que

ella también había sido convertida en diosa, lo que asustaba a Jasmine aún más

y la hacía más decidida. La lógica de decirle que no se casaría con lo que

parecía ser casi una niña no serviría en absoluto. Si Jasmine creía que eso

sería bueno para él y para su hermana, no le importaría si Caizhi tenía siete

años. Ella la protegería a toda costa, aunque eso le hiciera daño.

Xión se acercó a ella, y Jasmine le arrojó a Caizhi y luego

se apartó.

—Xión, sé que prometí estar a tu lado, pero también estarás

bien con mi hermana Caizhi. Ella es tan hermosa como yo —dijo Jasmine. Xión

puso la mano en el hombro de Caizhi y negó con la cabeza, pidiéndole que lo

dejara hablar a él.

—Jasmine, si hago lo que me pides, Caizhi se convertirá en un

dios emperador, pero su Yin vital es demasiado para mí. Ya estoy en mi límite y

si lo hago, mi cultivación sufrirá daños que me llevarán mucho tiempo reparar

—explicó Xión. Jasmine frunció el ceño.

—Aun así, puedes casarte con ella —dijo Jasmine.

—Eso no es necesario y lo sabes —respondió Xión—. Confía en

mí, te protegeré a ti y a todo lo que sea valioso para ti —agregó. Jasmine

pareció incómoda y miró a Mu Xuanyin y Mu Bingyun.

—¿También tenías planes para ellas? —preguntó con tristeza. Xión

no entendió.

—Siempre tienes planes. Nunca necesitas mi ayuda. Cuando

intervengo para ayudarte, solo hago el tonto. Siempre me rechazas, me siento

tan inútil a tu lado —dijo Jasmine con tristeza.

—Jasmine, yo…

—Lo sé —dijo Jasmine en un susurro que lo dejó paralizado—.

Puedo sentirlo, pero lo que veo es que siempre estoy a un lado. Como un tesoro

valioso que guardas para sacar y contemplar. Nunca en mi vida nadie me trató

tan bien, pero nunca me he sentido tan inútil e inferior a alguien. Tú eres un

dios y nosotros solo somos las cosas que reservas de este mundo en un lugar

aparte y muy seguro. No hagas nada, puedo encargarme sola. No intervengas, ya

todo está planeado.

»Ese día, cuando me pediste que enviara un susurro por ti

porque no podías hacerlo, me sentí tan feliz. Fue uno de los momentos más

felices de mi vida —concluyó Jasmine y respiró hondo antes de mirar al frente.

—Cuñado, nunca he conocido a una persona tan cruel como tú

—dijo Caizhi. Xión la miró y parpadeó. «Quién es el más cruel aquí. Tú estás

hundiendo un puñal en mi corazón en este momento», lloró Xión en su mente. Miró

a su alrededor. ¿Soy un dios y todo esto es un juego?, se preguntó. Soy un

dios, pero esto no es un juego. Xión miró a Jasmine.

—Jasmine, por favor encárgate de todo. Puedo hacerlo, pero tú

eres un millón de veces más fuerte y nuestros objetivos se cumplirán más rápido

—explicó Xión. Jasmine sonrió y asintió, pero Caizhi abrió mucho los ojos y le

tomó de la manga de la túnica.

—Cuñado, a mí no me molesta sentirme protegida y segura en

todo momento. No exageremos las cosas —dijo Caizhi con aprensión. Jasmine la

miró con ira y ella se apresuró a esconderse detrás de su espalda.

Caizhi no confiaba en que Jasmine pudiera salir adelante en

su lugar. Jasmine estaba enojada, pero apretó los dientes y lo miró a él

—Bien, ¿qué planeabas en este lugar? —preguntó Jasmine. Xión

se apresuró a responder.

—Curar a Mu Bingyun y obtener todos los recursos que necesito

para seguir cultivándome. Aquí también está el remanente del fénix de hielo y

en los reinos cercanos puedo conseguir el complemento para el registro del

cuervo dorado y la oda del fénix.

—Cuñado, te has saltado la parte en la que te casas con estas

dos bellezas —añadió Caizhi con amabilidad. Jasmine apretó los puños y Xión

miró a Caizhi, quien le sonrió con inocencia. "Ella es malvada", pensó Xión.

—Puede ser —dijo Xión—, pero no dependía de mí, sino de ellas

—dijo lanzando el muerto a otro lugar.

—¿Sus planes son buenos? ¿Qué vas a hacer en su lugar?

—preguntó Caizhi a Jasmine. Jasmine parpadeó.

—Negociaremos un trato para que Xión cure a Mu Bingyun,

conseguiremos recursos y el complemento para la oda del fénix y el registro del

cuervo dorado. Luego esperaremos a que el cultivo de Xión aumente —explicó

Jasmine.

—Hermana mayor, ¿no es ese el mismo plan del cuñado?

—preguntó Caizhi. Jasmine la miró con ira.

—Las bases son las mismas, pero como ya dijo Xión, yo tengo

un millón de veces más poder, por lo que soy la más indicada para llevarlo a

cabo —sentenció Jasmine.

—Pero…

—Caizhi, ve con Xión para supervisar el tratamiento de Mu

Bingyun —interrumpió Jasmine y los desplazó de una vez a otra habitación.

—Mayor Mu Bingyun, por favor, desnúdese y acuéstese.

Comenzaremos su tratamiento de inmediato —dijo Xión señalando una cama de

piedra en la amplia habitación a la que los había enviado Jasmine. Mu Bingyun

lució espantada ante la sonrisa maliciosa de Xión.

—Mayor, no se preocupe, usted posee un cuerpo sagrado que no

despierta la lujuria de los hombres —consoló Xión mirándola con lascivia.

—Cuñado, ¿te ayudo a desnudarla? —preguntó Caizhi. Xión se

acercó y le puso la mano en el hombro.

—Qué buen lacayo —alabó Xión—. Sella este lugar, no quiero

que nadie tenga un vistazo del cuerpo de mi futura esposa —dijo Xión con tono

autoritario. Mu Bingyun los miró con espanto.

—¡Hermana! —exclamó Mu Bingyun perdiendo la compostura. Xión

se rio, ya sabía que ella era una mujer adulta y madura.

Tres horas después, regresaron al salón del trono de Mu Xuanyin.

Mu Bingyun estaba con ellos, pero Mu Xuanyin se sorprendió al verla, ya que

estaba ruborizada como una joven tímida.

—Hermana, he tenido una gran experiencia de vida —dijo Caizhi

emocionada. Jasmine, que estaba sentada en una alfombra con una mesita de té

enfrente, sonrió y asintió. Mu Xuanyin lo miró con ira.

—Un caballero no habla de las cosas que hace con una dama

—dijo Xión con seriedad. Mu Bingyun bajó la cabeza avergonzada.

—¡Tú! —reprendió Mu Xuanyin con ira, levantándose y

ejerciendo presión sobre él.

—Tranquilízate, Xión no miraría a una mujer sin su

consentimiento. Lo máximo que haría sería burlarse de su mojigatería —explicó

Jasmine. Caizhi abrió mucho los ojos.

—Hermana, realmente le conoces, ya eres una buena esposa

—exclamó Caizhi. Jasmine se atragantó con su té.

—Caizhi, ¡deja de decir tonterías! —reprendió Jasmine.

Xión miró a Caizhi, sabía que toda esa personalidad alegre

era falsa. Esta chica había sido tratada como basura desde que nació y estaba

llena de odio y resentimiento. No era ninguna niña inocente ni tonta. Tal vez

apuñalar a la gente con pequeñas cosas era su forma de liberar parte de ese

odio y frustración.

Xión se arrodilló junto a Jasmine, y Caizhi se sentó sobre

sus piernas, lo que hizo que Jasmine se tensara y, a su vez, provocó una

sonrisa maligna en Caizhi.

—Hermana mayor, ¿quieres que me baje? —preguntó Caizhi.

Parecía que el hecho de que la quisieran someter a la fuerza la había enfadado,

pero su personalidad le impedía revelarse. Jasmine estiró el cuello sin

retroceder y miró a Mu Bingyun.

—Explica nuestro acuerdo —dijo Jasmine. Mu Xuanyin examinó a

su hermana a su lado para asegurarse de que no había sido maltratada o abusada

de alguna manera, y luego miró a Xión con frialdad.

—Xión, te recibiré como mi discípulo…

—Inaceptable —interrumpió Xión—. No estás cualificada. Soy un

médico divino, incluso un dios emperador debe mostrarse humilde en mi

presencia. Hasta Li Luo me estrecharía la mano y sus discípulos se postrarían a

mis pies alabándome como un genio absoluto. Ni siquiera estás cualificada para

ser mi aprendiz, mucho menos mi maestra —explicó Xión con frialdad. Si permitía

que esta mujer lo pisoteara, su relación sería mil veces más difícil. Mu

Xuanyin lo miró con indignación y ira. Quería responderle, pero parecía que no

encontraba argumentos.

—Solo eres un cultivador en el reino divino del alma que

puedes curar a otros mediante tu técnica de cultivo —reprendió Mu Xuanyin,

quien no podía intimidarlo con su poder porque Jasmine estaba allí, observando

con interés su discusión.

—Y tú solo eres una cultivadora en el reino divino del

maestro. Entre tú y yo, si se le diera a un emperador dios la opción de elegir,

¿a quién crees que elegirían? —preguntó Xión levantando una ceja. Mu Xuanyin

apretó los dientes—. Nuestros estatus no se pueden comparar. Tu poder es

insignificante en este mundo, mientras que mis habilidades médicas son únicas

en toda la existencia. Solo mi futura esposa, Shen Xi, supera mis habilidades

médicas en este momento, y eso es solo temporal.

»Por otro lado, decir que mi habilidad como médico depende de

una técnica de cultivo es lo mismo que decir que tu poder como cultivadora solo

se debe a tu técnica de cultivo. Es una afirmación que no tiene sentido, ya que

sigue siendo tu propio poder y otros no podrán imitarlo. Por supuesto, si

puedes siquiera imitar un uno por ciento de mis habilidades médicas después de

que te enseñe mi técnica de cultivo, cambiaré de opinión y te llamaré maestra,

honrándote como si fueras mi ancestro renacido —sentenció Xión, levantando una

ceja ante Mu Xuanyin para ver si aceptaba el trato.

Por supuesto, eso sería como si ella le diera su técnica de

cultivo y le pidiera mostrar el uno por ciento del poder de un maestro divino,

algo imposible para Xión. Jasmine carraspeó y Xión la miró.

—Si no quieres morir, no vuelvas a decir tonterías. La Reina

Dragón es la esposa del cultivador más fuerte del Reino Dragón, el Dios

Emperador Dragón.

—Esa lagartija ni siquiera llega a ser aspirante. Es

lamentable que no entienda un rechazo y ande diciendo a todos que Shen Xi es su

reina. Es digno de lástima —dijo Xión con desprecio, mientras Jasmine, Caizhi,

Mu Xuanyin y Mu Bingyun lucían sorprendidas.

—¡Hermana mayor, esto es un gran chisme! —exclamó Caizhi

emocionada.

—¡Caizhi, olvídalo! ¡Xión, no hables más de este asunto!

—sentenció Jasmine, y Mu Bingyun y Mu Xuanyin asintieron en acuerdo. Xión

encogió los hombros y Caizhi hizo un puchero.

Mu Xuanyin seguía mirándolo con ira porque Xión no se había

presentado como cultivador, sino como médico divino, y su estatus no podía

compararse.

—¿Qué tratamiento quieres? —preguntó Mu Xuanyin, dándose por vencida

en la idea de ponerle el pie en el cuello.

—Anciano invitado, por encima de todo, tendrás que hacer una

reverencia ante mí en actos oficiales, pero no dictaré ninguna regla o ley.

Esta sigue siendo tu secta… —Mu Xuanyin intentó aplastarlo con su poder divino,

pero Jasmine lo disipó antes de que pudiera tocarlo.

—Esto es una negociación, no actúes con violencia. Xión es

arrogante, pero tiene razón. Cuando los demás reinos se enteren de sus

habilidades, incluso los Dioses Emperadores lo saludarán con respeto. Y tú solo

eres el rey de un reino, su estatus se verá reducido si permites que te trate

como a un anciano cualquiera de tu secta —dijo Jasmine y tomó un sorbo de té.

—¡Entonces lárgate!... Cuando termines el tratamiento de mi

hermana —dijo, recordando que su hermana aún estaba envenenada. Mu Bingyun

lució alarmada.

—Hermana, reflexiona, esta es una oportunidad única para

nuestro reino —dijo Mu Bingyun.

—Por supuesto, habrá muchas riquezas, recursos de cultivo,

prestigio, estatus y muchos favores —dijo Xión.

—No olviden que una vez que mi cuñado se recupere, la Maestra

de Secta puede convertirse en una Diosa Emperadora, al igual que mi hermana

mayor —añadió Caizhi. Mu Xuanyin, que estaba a punto de echarlo fuera, apretó

los dientes, mientras Mu Bingyun la miraba con conmoción.

—Hermana, tú no… —Mu Bingyun dejó de hablar ante la mirada

fría de Mu Xuanyin, indicándole que ella sí se atrevería y que no había

discusión al respecto. Xión carraspeó.

—En cuanto a eso, solo aceptaré si estamos casados —dijo Xión.

Las cuatro mujeres lo miraron y parpadearon.

—No soy una herramienta que puedan usar, tengo sentimientos

—dijo Xión.

—Cuñado, ¿no dijiste hace solo un par de horas que tomarías a

Mu Bingyun? —preguntó Caizhi.

—Por supuesto, Mu Bingyun es una persona responsable y no me

descartará después de haberme usado, pero esta otra mujer es demasiado

despiadada. Ella se quedará con mi virtud y luego me abandonará. No puedo

aceptar eso. ¿Qué se dirá de mí después? —dijo Xión con tono firme. Mu Xuanyin

rompió el reposabrazos de su trono, y si Jasmine no estuviera allí, Xión estaba

seguro de que estaría muerto en este momento.

—Puedo aceptar que tomes primero a Mu Xuanyin, después de

todo, es demasiado débil para representarte en la actualidad, pero no aceptaré

que tomes a su hermana antes que a Caizhi —sentenció Jasmine, ignorando la

furia de Mu Xuanyin.

—Hermana Mu Xuanyin, resiste los halagos del cuñado todo lo

que puedas —animó Caizhi, quien no quería casarse y mientras más resistiera Mu

Xuanyin, más lejos estaría su boda. Sin embargo, sus palabras indicaban que ya

consideraba que Mu Xuanyin caería en batalla, lo cual provocó que Mu Xuanyin la

mirara con ira.

...

Xión no cedió en sus términos, y por más que se quejó, Mu

Xuanyin aceptó. Por supuesto, Xión no negaba acostarse con ella porque fuera a

dejarlo. La razón real era que esta mujer estaba poseída por la Emperatriz

Oscura y también por el Fénix de Hielo, por eso tenía tres personalidades,

siendo la más cruel de ellas su personalidad real. Mientras ella no fuera libre

para decidir por su cuenta, Xión aplazaría cualquier relación física.

Al final, él sería un anciano invitado y estimado, y Mu

Xuanyin lo asistiría en su cultivación. La Secta Fénix recibiría el ochenta por

ciento de los pagos por los tratamientos médicos. También le darían una gota de

sangre del Fénix para que pudiera cultivar el Canon de Envoltura del Dios Fénix

de forma adecuada, sin forzarlo como lo hacía actualmente con el uso de la

Semilla Elemental del Agua.

Jasmine había tratado con Mu Xuanyin y le reveló que él era

el portador del legado del Dios Maligno, las Bestias Divinas, aunque excluyó la

Gran Calamidad y el hecho de que él era un usuario de la energía elemental de

la oscuridad.

 

 

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